Guadalupe, Zacatecas. En una acción ampliamente cuestionada en redes sociales de Zacatecas, la noche del domingo 12 de enero, Sara Hernández de Monreal y Rocío Paulina Hernández Terán, esposas del gobernador David Monreal Ávila y de José Saldívar García, alcalde de la ciudad de Guadalupe –ambos por Morena-, encabezaron una “sesión de Cabildo”, en un templo católico, donde las mujeres entregaron “las llaves de la ciudad”, a la representación de la virgen conocida como “La Preladita”.
Durante la homilía dominical realizada por un par de sacerdotes católicos en la iglesia que se encuentra al interior del convento franciscano de esta población –conurbada a la capital de Zacatecas-, justo frente al jardín Benito Juárez, se “instaló” el Cabildo y se colocaron delante de las bancas del templo, varias sillas que ocuparon algunos regidores del ayuntamiento, de Morena y el PAN.
A través de un comunicado oficial difundido por el propio ayuntamiento que encabeza el morenista José Saldívar García, se informó que, “con devoción, fe y esperanza se hizo entrega de las llaves de la ciudad a nuestra Preladita, por un Guadalupe de Paz y Bien”.
'La Preladita’ es, la imagen de bulto -de unos 90 centímetros de altura-, de la virgen de Guadalupe, la cual está de “visita” en el convento franciscano, pues cada año es traída en procesión de miles de feligreses, desde la catedral basílica de la ciudad de Zacatecas, distante diez kilómetros del lugar.
“En el marco del 318 aniversario de la fundación del Colegio de Propaganda Fide, el Convento Franciscano de Nuestra Señora de Guadalupe fue escenario de una ceremonia donde el Ayuntamiento de Guadalupe entregó las llaves de la ciudad a la imagen de la Virgen de Guadalupe, La Preladita”.
Asimismo, se expuso en el comunicado de prensa, “la ceremonia, que conjugó elementos civiles y religiosos, fue presentada como un acto que, si bien respeta el marco constitucional (sic), reconoce la dimensión espiritual en la vida de la comunidad”.
Pero esta postura no fue compartida por decenas de personas que descalificaron en redes sociales la acción. Ciudadanos como Mario Luis Molina Contreras, cuestionó: “El colmo del absurdo, el gobierno morenista y laico le entrega las llaves de la ciudad a la imagen de la Preladita”.
Otros ciudadanos como Mauricio Rangel, e incluso Víctor Manuel Ramos Colliere –ex cronista del ayuntamiento de Guadalupe-, descalificaron el hecho: “la llave de la ciudad se entrega siempre en Sesión Solemne de Cabildo -obvio con todos los integrantes del Ayuntamiento presentes y el presidente municipal-, no en una misa, ni tampoco de manos de la esposa del presidente municipal, que únicamente ostenta el título de presidenta honorífica del Sistema DIF Municipal y por ende no tiene autoridad alguna en actos y decisiones del máximo órgano de gobierno municipal que es el Ayuntamiento constituido en Cabildo”.
Ramos Colliere remató: “todas las ceremonias especiales por la importancia que le revisten, están reglamentadas para fines y efectos legales, tanto para su aprobación como su ejecución. Por no sujetarse al protocolo reglamentario, el haberle colgado una llave a la imagen de la Preladita, terminó siendo como colgarle un exvoto o milagrito por parte de la esposa del presidente municipal”, y la esposa del gobernador David Monreal Ávila.