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Mismo proyecto, nueva etapa

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13 de enero de 2025 07:39

Ante un Zócalo abarrotado, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo presentó un recuento de lo realizado en los primeros 100 días de su gobierno, refrendó su pertenencia ideológica al obradorismo y reiteró los lineamientos a los que se apegará el resto de su mandato. Para quienes han seguido con atención sus conferencias matutinas no hubo sorpresas, de no ser por el acento que puso en algunos temas; quienes aún se niegan a aceptar la vasta transformación nacional que Sheinbaum encabeza, en lo que ella misma ha llamado el segundo piso, tal vez resulte incomprensible no sólo el mensaje de ayer de la mandataria, sino la consolidación del masivo respaldo social a su administración.

En el discurso presidencial, el principio de un gobierno del pueblo, con el pueblo y para el pueblo se traduce en la continuación del combate a la corrupción; la extensión de los programas sociales implantados durante el sexenio anterior y su elevación a rango constitucional; en el fortalecimiento sostenido del poder adquisitivo de los salarios; en una enorme inversión pública para garantizar el derecho a la vivienda; en los beneficios para campesinos y pescadores y en su articulación con el propósito de lograr la autosuficiencia alimentaria y el abasto de alimentos a la población en general; en las acciones de reconstrucción del sistema público de salud; en el aumento de la matrícula escolar del país y en los apoyos a madres de alumnos de niveles básicos y a estudiantes de educación media superior y superior; en la consagración del acceso al agua potable como derecho humano y a la continuación de obras hidráulicas en gran parte del territorio nacional; en el reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas y afromexicanos y en la promoción de la igualdad sustantiva para las mujeres en todas las ramas del quehacer nacional.

Por otra parte, la titular del Ejecutivo federal defendió la estrategia de seguridad de su gobierno y lo conseguido hasta ahora en lo que se refiere a reducción de índices delictivos en general, hecho que atribuyó a la atención prestada a las causas de la violencia delictiva, el reforzamiento de la inteligencia y la investigación policial, el fortalecimiento de la Guardia Nacional y la coordinación con los gobiernos estatales. Se refirió también a una política de sustitución de importaciones, de desarrollo sustentable y equitativo y a la culminación de obras de infraestructura realizadas en el sexenio pasado, a su extensión, al inicio de otras nuevas, como diversas líneas de trenes de pasajeros, y a la continuación del trabajo de creación, ampliación y mantenimiento de carreteras.

Uno de los propósitos particularmente novedosos –y ambiciosos– que presentó ayer la presidenta Sheinbaum es el de convertir a México en una potencia científica y tecnológica por derecho propio, con desarrollo de automotores eléctricos, diseño de semiconductores, aviones no tripulados, procesos de extracción de litio y producción de software e inteligencia artificial.

En la parte final de su mensaje, la mandataria formuló una enérgica reivindicación de la soberanía nacional, lo que constituye sin duda un mensaje claro ante las incertidumbres que conlleva la inminente llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos.

En suma, lo que Claudia Sheinbaum dejó en claro es que su programa de gobierno forma parte de lo que se ha llamado la Cuarta Transformación iniciada en el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, pero que constituye, dentro de ese proceso, una nueva etapa, acorde con los tiempos, con los cambios ya logrados y con los que siguen pendientes. Y lo expresó con la confianza de contar con el respaldo de más de 70 por ciento de la población.

 
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