FRENTE AL INNEGABLE respaldo de cientos de miles que asistieron ayer al Zócalo, la presidenta Claudia Sheinbaum mostró la firmeza del proyecto de la 4T.
RECUENTO Y ANUNCIOS, el informe de la Presidenta expresó con claridad el rumbo del país con un: no volverá el neoliberalismo, y con ello advirtió la preminencia de la soberanía nacional en el mar de amenazas que se dejan escuchar desde el norte.
Y ES QUE cada vez suenan más absurdas esas mismas amenazas. En el asunto la naturaleza también toma la palabra y sopla fuego sobre las áreas habitadas de los acaudalados de California.
LA DESTRUCCIÓN ES inmensa. Los cálculos indican que se han perdido más de 150 mil millones de dólares y han quedado en cenizas cuando menos 12 mil casas. Cifras históricas para el país más poderoso del mundo.
POR ESO ES muy difícil explicar –el gobernador Gavin Newsom ya ordenó una investigación– cómo es que los bomberos se quedaron sin agua, insisto, en la hegemonía mundial.
Y DE PRONTO, frente a nuestros ojos, la foto de la tierra de Los Ángeles arrasada. Algunas casas de pie, todo lo demás casi podría compararse con Gaza, donde las armas de Estados Unidos han convertido a aquella parte del mundo en una inmensa costra, así es la imagen de aquel lado del territorio que muy pronto gobernará Trump.
MÁS DE 8 mil hectáreas, por ahí de 80 millones de metros cuadrados, quedaron en cenizas, mientras la jefa de bomberos lanzaba la queja, denunciaba que no tenía personal ni dinero para encarar la situación, lo que sólo tiene una explicación: el modelo de gobierno que se adoptó en aquel país, donde se quiere expulsar a los migrantes, aunque hagan falta brazos que trabajen, por ejemplo, para remediar los daños que provocan los fenómenos naturales.
ASÍ, LA NATURALEZA parece ser la que borre de un solo golpe, la que frustre el plan de terror, la que por fin tape la boca del Agente Naranja. Reconstruir Los Ángeles con o sin el esplendor del que hacía gala –algunas de las casas destruidas eran consideradas las más valiosas de todo ese país– no será rápido y menos si se considera la falta de mano de obra que padecen
EU. LA MISIÓN, ES decir, reconstruir lo destruido, requerirá a muchos más trabajadores que los 250 mil mexicanos que se emplean en ese ramo. Para dar una idea, deberíamos señalar que el año pasado se lanzaron más de 400 mil ofertas de trabajo para ese oficio, aunque el déficit casi doblaba la otra cantidad.
HOY LA PREGUNTA que ronda en aquel país no es ¿cuánto tiempo y cuánto dinero se requerirá para levantar, por ejemplo, Santa Mónica? Eso, no parece incomodarlos, sino ¿quién lo va a hacer?
¿QUÉ TENDRÁ QUE decir Trump el próximo día 20 a los afectados, entre los que están algunos de los más poderosos de ese país? ¿Cómo podrá reparar el hoyo que ha hecho a sus planes la madre naturaleza, que a medir por los hechos, tampoco lo ve con buenos ojos?
¿Y ENTONCES, QUÉ condiciones habrían de imponerle los trabajadores mexicanos al Agente Naranja para ayudar en la reconstrucción? Ahí está el detalle.
De pasadita
DE VERDAD EL informe de la presidenta Sheinbaum fue un evento de mayor importancia, y si no fuera por la presencia de algunos personajes, todo hubiera sido perfecto.
CLARO QUE NOS referimos al señor de los chantajes, ese que presume ser la recomendación de López Obrador a Sheinbaum, cosa que a estas alturas no tiene que ver con la realidad, pero que sigue siendo su tarjeta de presentación y la forma de mantenerse como el que todo lo puede en las mañaneras. ¡Cuidado!