°C -
|

La Jornada

Últimas noticias
Anuncio
Anuncio

Innovación o maquila: el futuro de México en semiconductores

09 de enero de 2025 00:01

La industria de los semiconductores es un pilar fundamental de la economía moderna, sustentando sectores esenciales como la electrónica, la automoción y la tecnología de la información. Este panorama representa una oportunidad significativa para México, país con una posición destacada en la manufactura electrónica. No obstante, los términos actuales de la propuesta de colaboración entre México y EU para fortalecer la cadena de suministro global de semiconductores generan preocupaciones sobre el impacto a largo plazo en el desarrollo tecnológico y económico del país.

El Plan México, respaldado por el Fondo Internacional de Seguridad e Innovación Tecnológica de EU, busca integrar a México como actor clave en esta industria, asignándole actividades de ensamble y prueba de componentes con énfasis en contenido regional. Sin embargo, un análisis del esquema actual indica que México podría quedar relegado a un rol secundario, similar al de una maquila tradicional.

Las principales acciones serían controladas por empresas trasnacionales o sus contratistas, principalmente estadunidenses, perpetuando así una dependencia tecnológica. Mientras, EU mantendría el control de las labores de mayor valor agregado, como la manufactura avanzada, el diseño, la investigación y desarrollo (I+D), y la gestión de propiedad intelectual.

Aunque el Plan México promete metas ambiciosas, limita al país a tareas de menor impacto económico y tecnológico. Este desequilibrio en la distribución de responsabilidades refleja una colaboración inequitativa que podría consolidar a México como destino para subcontratistas extranjeros.

Mientras otros países han utilizado acuerdos similares como trampolines hacia una mayor independencia tecnológica, el esquema actual dificulta que México construya un ecosistema de innovación robusto. Sin un enfoque integral que fomente la infraestructura tecnológica y las capacidades locales, el país corre el riesgo de perpetuar un modelo insostenible que limita su potencial.

El programa debería priorizar la participación de firmas mexicanas en ensamble y prueba, ya sea directamente o mediante joint ventures. Este enfoque no sólo garantizaría una transferencia tecnológica efectiva, también fomentaría la creación de nuevas empresas y facilitaría la integración activa del talento mexicano en las fases críticas de diseño e I+D en este sector.

Estas medidas son cruciales para aumentar la competitividad internacional de México y para el desarrollo de un ecosistema de innovación sostenible a largo plazo, que se adapte a las dinámicas globales y responda a los desafíos tecnológicos emergentes.

Una demanda esencial sería que las actividades aquí estén lideradas por empresas nacionales o mediante joint ventures donde los inversionistas locales mantengan participación mayoritaria. Este enfoque facilitaría la transferencia de conocimientos y habilidades esenciales, fortaleciendo las capacidades locales y permitiendo a México avanzar hacia una mayor autonomía tecnológica.

Así se lograría entender cómo se producen los insumos que se ensamblan y las pruebas que se realizan, adquiriendo capacidades organizacionales. Esto, obviamente, requiere apoyo financiero y fiscal para estimular a las empresas nacionales a embarcarse en estas nuevas aventuras.

México dispone de herramientas estratégicas que le otorgan una posición ventajosa para renegociar los términos de alianzas específicas en sectores críticos, como el de los semiconductores. Entre estos activos destaca su mano de obra calificada, reconocida por su competencia y adaptabilidad, así como la proximidad geográfica a EU, que facilita las operaciones logísticas y reduce costos de transporte, factor crucial en la manufactura y distribución de componentes de alta tecnología.

Otro elemento clave es el papel crítico de México en la cadena de suministro regional de semiconductores. La exclusión de México no sólo complicaría las operaciones de la industria estadunidense por la dependencia de componentes y ensamblajes realizados aquí, también podría incrementar los costos y generar retrasos significativos. Estas dificultades tendrían consecuencias geopolíticas, exacerbando el rezago tecnológico de América del Norte frente a competidores globales, en especial Asia, que expande su dominio en el sector tecnológico.

Ello ofrece a México una oportunidad única para reafirmar su importancia estratégica en la región y presionar por condiciones más favorables que potencien su desarrollo tecnológico y económico. Al fortalecer su posición en negociaciones claves, México puede asegurar no sólo beneficios económicos directos, también un mayor desarrollo de su infraestructura tecnológica y una participación más activa en el mercado global de alta tecnología.

Si las negociaciones no logran un acuerdo más equitativo, México debería considerar alternativas, incluyendo la posibilidad de retirarse del proyecto de apoyo a la estrategia geopolítica estadunidense de sustituir importaciones de Asia. Aunque esta decisión podría tener implicaciones económicas y diplomáticas, también enviaría un mensaje contundente sobre la necesidad de establecer colaboraciones internacionales basadas en respeto y reciprocidad.

Es crucial que México aborde esta oportunidad con una visión estratégica. Los empresarios mexicanos deben comprender a fondo las labores de ensamble y prueba de semiconductores para luego involucrarse en actividades de mayor valor agregado, como el diseño, la manufactura avanzada y la I+D.

La necesidad de implementar una estrategia nacional que fortalezca las capacidades tecnológicas de México es evidente. Para lograrlo, es imprescindible establecer alianzas con actores globales que compartan beneficios de manera equitativa, además de invertir en infraestructura de I+D y en el desarrollo de talento local.

En un sector donde la innovación define el progreso, el reto para México no es sólo superar el modelo de maquila de alta tecnología, sino también comenzar a consolidar una posición más relevante en el ámbito tecnológico global. Con una estrategia clara y esfuerzos sostenidos, el país puede transformar los desafíos en avances concretos, evitando rezagarse en una industria clave para el futuro global.

*Director del CIDE



La izquierda, hoy

El cambio hacia una sociedad poscapitalista requiere un proyecto histórico en que se contemple la conquista del poder.

Poner los derechos en el centro

Sin atender las causas estructurales de la migración desde una perspectiva supranacional y desde la cooperación, el fenómeno seguirá consolidándose como la principal amenaza crítica
Anuncio