Ciudad de México. Convertirlo en una obra de arte contemporáneo o en un museo de la cultura viva es uno de los proyectos que se estudian para asegurar la subsistencia futura del legendario Salón Los Ángeles, que con sus casi 88 años es el establecimiento de baile de mayor fama, abolengo y tradición en la Ciudad de México.
Así lo adelanta como primicia a La Jornada Miguel Nieto Applebaum, uno de sus propietarios al lado de sus tres hermanos, quien destaca la necesidad de que dicho espacio ubicado en la emblemática colonia Guerrero actualice su antiguo modelo a uno de corte contemporáneo.
Parte de los proyectos es crear un lugar que sea un eje de desarrollo barrial, con apego a su tradición (del salón) de difusión y promoción de la música afroantillana en general, utilizando algo que no es tan nuevo pero está en boga entre las corporaciones y toda empresa privada o pública que quiera mantenerse por mucho tiempo, que consiste en tener un residual hacia la comunidad de desarrollo social, una conciencia y participación ecológica y, por supuesto, un modelo financiero que le permita crecer y sobrevivir
, explica.
“Básicamente, eso es lo que vamos a hacer. Será algo diferente, siendo lo mismo. Por razones de edad, ya desde 2024, a mis 75 años, llegué a la conclusión de algo que parece broma pero no lo es: que muy a mi pesar ya tengo que ponerme a trabajar, porque todo lo anterior ha sido fiesta. Entonces, debo estructurar una empresa y tener propuestas para lograr que el salón se mantenga vivo por muchos años más.
¡Ojalá llegue al centenario, ya faltan sólo 13 años! Por lo pronto, la misión es alcanzar el próximo aniversario o la próxima semana, porque el mundo está muy convulso y con muchas ganas de enfrentarse todos contra todos, y Los Ángeles ha sido siempre un espacio de encuentro, paz y alegría.
En entrevista, el promotor cultural, productor y actuario destaca que la idea de hacer a ese icónico recinto una obra de arte o museo vivo tiene que ver con el papel histórico, social y cultural que aquél ha desempeñado desde que su abuelo, Miguel Nieto Alcántara, decidió en 1937 transformar el inmueble que empleaba como bodega para guardar camiones y costales de carbón en un salón de baile popular.
Sitio de vanguardia
“El Salón Los Ángeles, a diferencia de lo que la mayoría de la gente piensa, no es un lugar de recuerdo; es un sitio que siempre ha sido de vanguardia, y creo que va a seguir siéndolo, afirma. Hemos sido muy afortunados en poder ser un elemento de enlace entre distintas corrientes musicales, generaciones y enfoques incluso políticos. Una de sus características es que viene gente de muchos códigos postales y de diversas corrientes ideológicas
.
En su opinión, se trata de un sitio único de su tipo en México, un espacio extraño
en donde, además de cumplir la misión primigenia de punto de baile y esparcimiento, ha funcionado también como locación frecuente de películas, series de televisión y ahora de streaming; galería de arte; arena de lucha libre; sede de movimientos y actos políticos, y hasta sala funeraria, entre otras actividades.
Muchas veces me he preguntado por qué ha sucedido todo esto y cómo es que hemos logrado sobrevivir tanto tiempo, y la respuesta que encuentro es que, por un lado, ha sido algo totalmente fortuito y, por otro, fruto del trabajo de muchísima gente. No es la familia Nieto la que ha creado el Salón Los Ángeles, ha sido la sociedad de la Ciudad de México la que lo ha hecho
, indica.
Nosotros, mi familia, hemos tenido la labor de conservarlo; no ha sido fácil, sí ha habido mucho trabajo y mucho dinero invertido para la sobrevivencia del salón a lo largo de estos 87 años. La razón por la que desaparecieron todos los otros salones es porque no era negocio; o sea, porque en términos de lo que representaba la inversión inmobiliaria con respecto al rendimiento no correspondía.
Para convertir al Salón Los Ángeles en una obra de arte o un museo de la cultura viva deben primero establecerse las bases y los criterios bajo los cuales se dará ese paso. Tenemos que lograr consenso
en la familia, señala Miguel Nieto Applebaum, quien asegura que desde la pasada administración sexenal se les hizo la propuesta de declararlo patrimonio cultural, primero, de la Ciudad de México y, después, nacional.
Habría que discutirlo, no estoy muy convencido de eso. Claro que el gobierno podría declararlo unilateralmente, no necesita de nuestra aprobación. Sin embargo, dadas las condiciones actuales, creo que podemos tener más apoyo sin esa declaratoria, aunque por un lado sería muy benéfica, ya que, por ejemplo, tendríamos una reducción en impuestos prediales y quizás podríamos también conseguir apoyo financiero
, apunta.
Pero habría que establecer qué tan conveniente es eso para lograr que continúe el desarrollo del salón o se detenga, porque observo, por ejemplo, que Xochimilco tiene declaratoria de patrimonio de la humanidad y está muy descuidado, mientras que hay otros lugares que no la tienen y están muy bien. Entonces, es una cosa que hay que analizar, consensuarla con las autoridades y con los socios, porque el salón es también de mis otros tres hermanos.
Eventos, clases de baile
En tanto, se toma una determinación al respecto, el promotor cultural reitera la necesidad de actualizar el modelo de operación del salón para asegurar la subsistencia del mismo. Es un modelo que, dice, se buscará sea replicable para ellos mismos y otros, y que entre otros rubros contempla también continuar apoyando a los nuevos valores musicales, producir eventos en otros recintos y abrirse a clases de baile, además de adentrarse a la realización de publicaciones, filmes y series.
De entrada, subraya, el Salón Los Ángeles comenzará esta nueva etapa incrementado de forma gradual a lo largo de este año la programación de sus bailes a la semana. Hasta la fecha, son dos días: los martes y domingo. A partir de febrero, se sumará el viernes, y en el transcurso de los meses siguientes se proyecta de martes a domingo.
El otro sobreviviente de la época dorada de los establecimientos de baile en la capital del país es el California Dancing Club, si bien éste abrió sus puertas hasta la década de los 50 del siglo pasado, y, según cronistas e investigadores, desde sus inicios lo hizo con la idea de eclipsar y desplazar a aquel otro salón.
Desde el nombre mismo, asientan esos especialistas, se buscaba mostrar esa hegemonía, porque California es una entidad de los Estados Unidos y Los Ángeles sólo una parte de ese estado. Por eso, le pusieron California, porque era más grande y más negocio que Los Ángeles
.
Al respecto, Miguel Nieto Applebaum menciona que su salón, lo mismo que el barrio donde se encuentra asentado, retomó su nombre de la iglesia del lugar, además del de la conocida ciudad estadunidense. En tanto que la idea de fundar en la Guerrero un establecimiento dedicado al baile tuvo presuntamente como fuente de inspiración al Moulin de la Galette, que hasta los años 30 del siglo XX funcionaba como salón de baile en París, Francia.
Creo que mi abuelo se inspiró en ese lugar, del que han hecho cuadros muchos pintores muy famosos, como Renoir y Picasso. Lo digo porque el lado izquierdo de Los Ángeles se parece a la Galette. Pienso que mi abuelo tuvo información o conoció ese lugar, al que acudían personalidades de distintas clases sociales y en el que en aquel entonces se tocaban y se bailaban los ritmos de moda, al igual que aquí.