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México SA

09 de enero de 2025 07:24

Como no tiene nada medianamente aceptable que proponer a la comunidad de naciones, Donald Trump se dedica a presumir una de las execrables prácticas históricas de Estados Unidos: anexionismo, robo, garrote sin zanahoria, invasiones por doquier, golpes de Estado aquí y allá, intervencionismo, amenazas, chantajes, violencia, vasallaje, sumisión, racismo, clasismo y mucho más, todo, según él, en nombre de lo que en ese país denominan seguridad nacional (que es igual a la inseguridad de todos los demás) y con esa falsa bandera mantiene las manos metidas hasta en el último rincón del planeta. El magnate, pues, reivindica el clásico salvajismo imperial. A cambio del sometimiento, ofrece buen trato.

En menos de dos semanas de nueva cuenta ocupará la Oficina Oval, y es la fecha que no se le conoce una propuesta política, económica y social tendiente a hacer de este planeta algo más amigable y habitable. Sólo permanente violencia verbal que fácilmente puede tornarse en real, pues hace suya la oferta de plata o plomo (sin la primera, pero sí con el segundo).

Desde su primera campaña electoral y su estancia inaugural en la Casa Blanca, México ha sido su caballito de batalla, pero a Trump ya no le alcanza la geografía para amenazar por todas partes: nuestro país, sí, pero ahora se dedica a agredir a Panamá, Honduras, Canadá, Dinamarca (ansía robarse Groenlandia, colonia de la corona danesa) y lo que se acumule de aquí al 20 de enero y, desde luego, lo que surja de esa fecha en adelante en sus cuatro años de periodo constitucional.

En su edición de ayer, La Jornada lo sintetizó así: “el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó que no descarta el uso de la presión militar y económica para retomar el control del Canal de Panamá y anexarse Groenlandia, parte de una agenda expansionista que ha promovido desde que ganó las elecciones del 5 de noviembre. Al hablar con reporteros y mientras una delegación de asesores y ayudantes –entre ellos su hijo Donald Trump Jr– viajó a Groenlandia en una visita privada con un mensaje: los trataremos bien, Trump dejó abierta la posibilidad de usar el ejército para tomar el Canal de Panamá y la isla del Ártico. ‘No voy a comprometerme con eso’, respondió el magnate cuando se le preguntó si descartaría el uso de la fuerza. Podría ser que tengamos que hacer algo. El canal es vital para nuestro país y necesitamos Groenlandia por motivos de seguridad nacional”.

Entre sus más recientes ocurrencias, el próximo presidente estadunidense dijo que México realmente está en apuros, muchos apuros, es un lugar muy peligroso. (Los mexicanos) son esencialmente gobernados por los cárteles y no podemos permitir que eso ocurra y acusó al gobierno de nuestro país de permitir que millones de personas y números récord de drogas ingresen a Estados Unidos.

Además, cree que es una buena idea redibujar el mapa, por lo que vamos a estar cambiando el nombre del Golfo de México al Golfo de América, lo cual tiene un gran sonido, el Golfo de América (que allá utilizan como sinónimo de Estados Unidos), qué nombre tan bello. El magnate no para, está desatado y tiene más grande la boca que el golfo al que pretende cambiar de nombre.

Sobre ambos señalamientos del magnate, la presidenta Sheinbaum respondió: a Trump le malinformaron (sobre los cárteles), porque creo que le informaron que en México todavía gobernaban Felipe Calderón y Genaro García Luna; pero no, en México gobierna el pueblo. Y sobre aquella brillante idea de redibujar el mapa, la mandataria subrayó: hay derecho internacional para todo; un país no puede actuar individualmente, pero en vía de mientras recordó que desde 1607 (Norteamérica) se llama América Mexicana. Y algo más: el nombre de Golfo de México es histórico y está registrado ante organismos internacionales que lo consideran como un referente náutico desde el siglo XVI, antes de que existiera Estados Unidos. Su denominación, dijo, es reconocida por la Organización de Naciones Unidas. Entonces, ¿por qué no le llamamos América Mexicana? Desde 1607 la Constitución de Apatzingán era de América Mexicana. Se oye bonito. ¿Verdad que sí?

Las rebanadas del pastel

El gobierno estadunidense no deja de culpar a terceras naciones por la producción de fentanilo, pero permanece en silencio sepulcral sobre el tremendo cuan creciente nivel de adicciones que sufre su país. Entonces, ¿no sería más eficiente atender y combatir el voluminoso consumo interno de drogas?, porque sin éste la oferta caería rápidamente y la del vecino del norte se transformaría en una sociedad más sana.

X: @cafevega

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