En la cinta Bohemian Rhapsody, el deseo de Freddie Mercury (Rami Malek) fue regresar a las filas de Queen para seguir haciendo arte con su música y sumarse al gran concierto global Live Aid, un megafestival, cuyo fin era recaudar dinero para combatir el hambruna en África, especialmente en Etiopía y Somalía.

Este pasaje que se recrea en la película, en torno a la vida del mítico cantante fallecido en 1991, quien junto con la banda ofreció 20 minutos de memorable participación, describe la importancia que tuvo el Live Aid, realizado el 13 de julio de 1985 en los estadios Wembley de Londres, y en el John F. Kennedy de Filadelfia, lo cual dio origen al Día Mundial del Rock.

El incomparable evento organizado por Bob Geldof y Midge Ure, consiguió tener a David Bowie, Eric Clapton, Bob Dylan, Bryan Adams, Led Zeppelin, Madonna, Paul McCartney, Sting, The Who, U2, Black Sabbath, Phil Collins, y Neil Young, entre otras grandes estrellas.

Aunque con polémicas, la iniciativa –se dijo– tuvo una duración de 16 horas y una audiencia de alrededor de 2 mil millones de espectadores en 160 países, convirtiéndose en una de las mayores retransmisiones televisivas de la historia, un acto sin precedente en esa época y sin la cobertura que actualmente ofrecen las redes sociales y plataformas digitales.

En 2020, la página web de noticias de ABC de España recordó: “El concierto fue planteado como algo irrepetible, reuniendo a un elenco prácticamente inigualable: Queen, Status Quo, Led Zeppelin, David Gilmour, Keith Richards y Mick Jagger, Bo Diddley, Black Sabbath, Ozzy Osbourne, Neil Young, The Who, INXS, Lionel Richie, Bryan Adams, The Beach Boys y David Bowie subieron a uno de los dos escenarios para poner su granito de arena contra el hambre. Igual que se diría que aquel día no faltó ni una sola deidad del pop y el rock. Ese mismo año, muchos de ellos habían grabado We Are The World, la famosa canción coral que también pretendía recaudar fondos con el mismo objetivo”.

En el recuento de aquella época prosigue el texto: En el concierto pasaron cosas increíbles como el duelo vocal de Freddie Mercury con el público, el momento en que Bono bajó a la pista para ayudar a una mujer del público a subir al escenario para bailar con ella, o el esperadísimo concierto de reunión de Led Zeppelin, que resultó un desastre al no dar la talla Phil Collins como sustituto de John Bonham a la batería, y al terrible estado de ebriedad del guitarrista Jimmy Page.

En ABC, también se retomó la polémica sobre la cantidad de dinero reunida y su destino: El objetivo era originalmente recaudar un millón de libras, y al final la cantidad que realmente se alcanzó fue de 150 millones de libras. Pero hubo algo que no se vio. Lo que finalmente pasó con todo ese dinero, o con casi todo, fue que se gastó nada menos que en armas, las mismas que poco después acabarían matando a miles de los supuestos beneficiarios de la acción humanitaria.

El Santo Bob

El diario El País consignó sobre el gran 13 de julio: El concierto será transmitido por 16 satélites de televisión. La BBC ha instalado en Londres 20 cámaras de televisión, 352 micrófonos y ha desplegado 65 kilómetros de cable para la cobertura del acto. Las dos emisoras de televisión de la BBC y su primer programa de radio lo emitirán ininterrumpidamente. La cadena musical de cable estadunidense MTV y un centenar de emisoras independientes de televisión lo transmitirán también íntegramente. El acontecimiento ha sido organizado por el cantante irlandés Bob Geldof.

Sobre este hito de la música, en julio de 2020, La Jornada publicó: “Hace 35 años, los emblemáticos conciertos de Live Aid ayudaron a reducir el hambre en África y pusieron los reflectores en las naciones más pobres del mundo, pero no resultaron tan buenos para uno de sus organizadores principales.

El irlandés Bob Geldof, que recibió premios y vítores por sacar adelante esa actividad transcontinental de 1985, dice que le pasó factura a su vida personal y su carrera. Pasó de ser el líder de los Boomtown Rats que cantaba I Don’t Like Mondays a algo más divino. “Me convertí en el Santo Bob”, dijo en una entrevista con Ap.

La gloria que vino con su trabajo caritativo no lo hacía feliz. La odiaba, se volvió imposible, indicó Geldof. Por un tiempo estuve desorientado. No tenía mucho dinero, afectó por completo mi vida privada. Probablemente terminó costándome mi matrimonio.

Todo comenzó con Band Aid, un grupo de estrellas de Reino Unido creado por Geldof y el músicoMidge Ure, que incluyó a Bono, Phil Collins, George Michael y muchos otros en el sencillo de 1984 Do They Know It’s Christmas?, cuyas ganancias se destinaron a aliviar el hambre en Etiopía.

Geldof entonces apareció en la versión estadunidense, We Are The World, de 1985. Más tarde ese verano, ayudó a organizar Live Aid, la actividad televisiva global más ambiciosa hasta la fecha.

Los conciertos de Live Aid realizados en Londres y Filadelfia recaudaron más de 100 millones de dólares. Dos décadas después, Geldof presentó los conciertos Live 8 y consiguió que los países industrializados se comprometieran a incrementar la ayuda a África en 25 mil millones de dólares.

No era por mi excelencia musical superior, como Elvis o Los Beatles. Millones de personas me convirtieron en el hombre del momento.

Pero mientras su altruismo ayudó, él ya no pudo seguir haciendo lo que más amaba, música. “No me permitieron volver a mi trabajo. Soy un cantante pop, así es literalmente como hago dinero. Me levanto por la mañana y, si estoy de humor, trato de escribir canciones, trato de ensayar, mencionó Geldof. Y no podía. Nadie estaba interesado ya. El Santo Bob, como me llamaban, no podía seguir haciendo eso porque era algo insignificante y carente de significado. Estaba perdido”.