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Jazz

03 de enero de 2025 07:40

Tenorista conocido y reconocido en todas partes, Adrián Escamilla nació el 11 de mayo de 1977 en la ciudad de Buenos Aires, pero cumplía apenas un año cuando la familia se mudó a la Ciudad de México y aquí ha forjado una de las más interesantes carreras en el jazz de su generación. A la fecha, cuenta con cuatro discos físicos donde recorre con firmeza los diferentes esteros y escuelas del jazz: El sonido de tu inmensidad (2007), Temudgin (2011), Nasty jam (2019) y Punto triple (2019); además de cinco digitales ulteriores: 69/12AccidentalAristocraciaFuerzas 1 y Fuerzas 2.

Pero el exitoso andar de Escamilla ha incidido también en el terreno de los foros y clubes de jazz en la CDMX. El maestro instauró la primera versión de su Pizza Jazz hace 14 años en la casa de su madre, allá por Miramontes, donde se armaban los primeros conciertos, además de sus famosas y, habrá que decirlo, deliciosas pizzas.

Adrián empieza a contarnos los detalles: “Lo hicimos una vez por semana durante un año. Luego puse un local en el Parque de los Venados, pero no había conciertos, nada más vendía discos. Era un local chiquito, Ahí estuve como seis meses, hasta que puse el Pizza Jazz en la colonia Portales.

Ahí hemos visto grupos de todos los aromas y propuestas ¿Con qué criterio los eliges?

Ellos son los que me contactan. Lo que hago es prestarles el foro; no los contrato, sólo les digo cuáles son las condiciones y qué equipo hay en el lugar. Ellos hacen un flyer y lo compartimos en redes sociales. Hay 20 lugares y yo lo manejo en su totalidad; así que dejo que los músicos se encarguen de invitar a su gente.

Seguido tenías casa llena.

De los seis días que abría, tres había casa llena; y tres era entre medio y vacío. El cover lo ponía la banda y con eso se les pagaba. Había grupos que pedían 500 pesos, llenaban y quedaba gente afuera; otros 50, y muchas veces no iba nadie, porque les valía gorro y no hacían nada por invitar gente.

Cuéntame una anécdota a botepronto.

Una vez vino el grupo Aguamala, de Playa del Carmen, que tocan increíble, y se llenó. Era una época de lluvia y les decía: No te puedo poner afuera porque está lloviendo. Y me dicen: “No importa, yo me llevo mi paraguas, pago cover y me pones afuera”. El lugar es para 20 personas y había como 40. Quince estaban afuera, felices escuchando la música bajo la lluvia.

¿Todavía vivía Fernando Toussaint?

No, ya no.

¿Por qué clausuraron el lugar?

Hubo una queja vecinal; lo cual es raro, porque tenemos 12 años operando sin ningún problema. Llegaron unos inspectores, vieron que nos faltaban unos permisos y nos clausuraron. Pero como venía el cambio de sexenio, querían sacar todo lo que pudieran.

¿Qué permisos son esos? ¿Por qué no los has podido pagar?

Ahorita lleva cuatro meses cerrado. Supuestamente hay una multa por esa falta de permisos, pero no nos dejan pagar la multa. Nos dicen que no saben cuánto es y que a ver si en siete meses lo saben.

¿Cómo que no saben cuánto es?

Ajá, sí. Y no nos quieren dejar abrir, aunque paguemos y pongamos todos los permisos en orden. Hay mucha corrupción. Te dan largas, pero por otro lado te dicen: Dame 80 mil pesos y voy y te quito los sellos y puedes abrir, pero no te voy a dar ninguna certeza jurídica de lo que pagaste. O sea, nomás así como que le di el dinero al Moi y ya. Todo bajo el agua. Entonces son 80 mil pesos tirados a la basura, porque en dos semanas vienen y me clausuran otra vez.

¿Cuáles son los permisos que faltan?

Por venta de alcohol y por tener música. Pero básicamente, por el alcohol.

¿Y no hay otra instancia para levantar una queja?

Un día después de que clausuraron, me habla Ana Francis, secretaria de Cultura de la CDMX, y me dice: Oye, me dijeron que te cerraron. Es un lugar muy importante y tenemos que abrirlo. Dos días después me mandó a su abogada y de inmediato la contacté con la mía. Pero me dijeron que no podían hacer nada; que como ellos son de Morena y la alcaldía Benito Juárez es del PAN, no podían hacer absolutamente nada.

Hace cuatro meses que te clausuraron, todavía no llegaba el nuevo gobierno.

No, pero ya se sabía quién iba a estar en cada lugar.

¿En qué va esto entonces?

Exactamente en lo mismo. En que quieren mordidas y en que no podemos hacer bien los trámites. No estoy pidiendo que me regalen nada, pero no me dejan pagar ni hacer los trámites que se deben hacer para poder abrir. Te ponen trabas, que te falta esto, te falta aquello, que esos trámites no son rápidos.

¿Qué estás haciendo mientras tanto?

Pues estoy haciendo panes para vender. Y sigo tocando con mi trío. El próximo concierto es el 4 de enero, en el Corazón Delator (55 2295-0398).

 
 

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