En México, más de 60 por ciento del ingreso total de los hogares rurales proviene de actividades no agropecuarias, lo que significa que el campo ya dejó de brindar las condiciones económicas para cubrir las necesidades básicas de este sector de la población, expone Agustín Rojas, integrante del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Perciben 3 mil 400 pesos al mes en promedio, es un salario muy bajo; por ello, las remesas y los salarios no agropecuarios se han convertido en una de las principales fuentes de ingresos de los hogares rurales
, precisa.
En entrevista con La Jornada, refiere que por ese motivo los habitantes de esas regiones del país tienen que ir a buscar fuentes de ingresos en áreas como servicios y comercio, entre otras.
De persistir las actuales políticas agropecuarias, el campo mexicano seguirá perdiendo población y se profundizará el abandono de las actividades productivas relacionadas con el sector primario de la economía
, alerta el experto.
Prevé que esta situación tendrá serias implicaciones en cuanto a la producción de los principales granos básicos, con lo cual se agravará el grado de dependencia alimentaria de México
.
Rojas explica que en el sector primario existe una población altamente marginada, sobrexplotada, con una baja instrucción y una baja remuneración; son empleados que regularmente están moviéndose en el territorio nacional, dependiendo de las temporadas agrícolas.
En su opinión, el gran problema que enfrenta el campo mexicano es la ausencia de políticas agrícolas y alimentarias serias que estén pensadas en recuperar la autosuficiencia alimentaria y mejorar las condiciones de consumo y de salud de los mexicanos.
El Tratado de Libre Comercio de América del Norte llegó a desarticular el tejido social en torno a la producción agrícola, agropecuaria y de empleo, que derivó del modelo de desarrollo de industrialización por sustitución de importaciones
, sostiene.
El investigador considera que el capítulo agropecuario fue el más afectado del acuerdo comercial y de ahí el bajo desempeño que se tiene en el sector primario. De 1994 a 2023, su participación en el producto interno bruto pasó de 4.8 a 3.5 por ciento y registró una participación promedio del periodo de 3.3 por ciento
, precisa.
La liberalización comercial, el rezago en la producción del sector primario, la reorientación de cultivos estratégicos por otros con alto valor en el mercado, así como el desfinanciamiento al campo, explican la alta dependencia alimentaria, principalmente en granos básicos
, concluye.