El 5 de diciembre de 2024, la comunidad artística se conmocionó al conocer la noticia del fallecimiento de Antonio Ortiz Herrera, mejor conocido como Gritón, artista plástico y activista que dedicó su vida y obra a la lucha social. A los 71 años, Gritón partió de este mundo, pero su legado sigue vivo en la memoria de aquellos que lo conocimos y motivando a nuevas generaciones de artistas y activistas.
Gritón (1953-2024) fue un verdadero artivista, como él se autodenominaba. Promovió el arte como herramienta para el cambio y fue un ser humano apasionado y convencido. Su obra y su activismo se centraron en temas de interés comunitario, social y político, tanto a escala nacional como internacional, destacando los derechos humanos, las migraciones, la globalización y el medio ambiente.
Gritón fue aglutinador de comunidades y defensor de las causas sociales; fue un grito de rebeldía contra la injusticia y la opresión. Articuló acciones ciudadanas para crear nuevos espacios de divulgación y creación artísticos y sociales. Entre sus proyectos colectivos más relevantes se encuentran la revista Réplica 21, fundada en 2002; la constitución del Museo Público de Arte Contemporáneo de Tlalpan en 2005, un museo hipotético, una iniciativa de arte público para los paseantes y habitantes de la zona, y los Seminarios y Parlamentos Alternos I y II, celebrados en 2005 y 2006, respectivamente, para revisar la legislación nacional en materia de cultura.
A lo largo de su activismo, Gritón organizó numerosas exposiciones colectivas que convocaron a la comunidad artística a manifestarse políticamente. Además, participó en proyectos para la divulgación del náhuatl y la redacción de libros de artes visuales dirigidos a estudiantes de secundaria. En 2021 fundó el tianguis de gráfica La Zurda, junto con Fernando Gálvez, con el objetivo de crear un espacio de fraternidad y convergencia incluyente, que reuniera a los diferentes talleres, editores y colectivos de gráfica nacional, así como a artistas independientes, consagrados y emergentes.
En la esquina de Yucatán e Insurgentes, donde el arte y la vida convergen, se reunieron el sábado 14 de diciembre artistas, amigos, colegas, alumnos y admiradores de Gritón para rendir homenaje a un hombre excepcional que dejó una profunda huella en la Ciudad de México.
Entre los asistentes se encontraban Démian Flores, Marcos Límenes, Gabriel Macotela, Noé Vázquez Tapia, Ana Pizarro, Paula González, Christa Klinckwort, Julen Ladrón de Guevara, Gustavo Monroy, María Ángeles Chávez, Claudia Barajas, Carolina Kerlow, Carlos Martínez Jiménez y René Freire, entre otros, para quienes Gritón es sinónimo de comunidad, congruencia y entrega, un hombre crítico que luchó incansablemente por la justicia y la libertad.
En este lienzo urbano, donde antes Gritón había plasmado su voz en defensa de los migrantes, ahora su propia imagen cobra vida en un vibrante tributo. Los colores y la creatividad se entrelazan en un tapiz de amor y reconocimiento evocando las camisas hawaianas que caracterizaban su estilo de vestir, con estampados que bailan como su espíritu libre. Los listones que simbolizan sus antenas, siempre sintonizadas para cambiar al mundo desde la complejidad, ahora se elevan como un radar a su memoria.
Cada pincelada es un susurro de gratitud; cada trazo, un abrazo a su legado, y cada palabra evoca su presencia. El muro se convirtió en un mosaico de alegría y diversidad reflejando la riqueza de su vida y su arte. Es como si el propio corazón de Gritón latiera en cada centímetro de esta obra, recordándonos que su espíritu sigue vivo, inspirando y motivando a aquellos que buscan hacer del mundo un lugar más justo.
En este homenaje, el arte y la memoria se fusionaron en un superabrazo que trasciende el tiempo y el espacio, convirtiendo el muro en un faro de esperanza y creatividad, donde la esencia de Gritón seguirá brillando para generaciones venideras.
Gritón nos enseñó a no rendirnos, a tomar las calles de ser necesario y a no callar ante el abuso y la injusticia, a seguir luchando a través del arte y el amor. Su memoria es un llamado a la acción.
¡Superabrazo, querido Gritón!