Hay equipos tan dominantes que consiguen elevar su nivel a la excelencia. Los Cargadores de Los Ángeles son uno de ellos. No solo aseguraron ayer su segunda aparición en playoffs en tres temporadas en la NFL, sino que además se encargaron de ridiculizar a los Patriotas de Nueva Inglaterra con una victoria por 40-7 en la que Justin Herbert lanzó tres pases de anotación.
El resultado valió el boleto para los miles de aficionados angelinos que se dieron cita en el Gillette Stadium, en Foxborough. También aseguró al entrenador Jim Harbaug, uno de los más prestigiosos en la liga, su cuarta participación en postemporada en cinco campañas, sumando a las tres que logró durante su etapa al frente de los 49ers de San Francisco.
Herbert, mariscal de campo estrella de los Cargadores, completó 26 de 38 intentos para 281 yardas, con lo que se convirtió en el tercer jugador en la historia del máximo circuito con al menos 3 mil yardas por aire y 20 pases de touchdown en cada uno de sus primeros cinco calendarios completos. Se unió así al miembro del Salón de la Fama, Peyton Manning, y a Russell Wilson, actual líder de los Acereros de Pittsburgh.
Otro actor más de reparto como Ladd McConkey, receptor abierto del cuadro angelino, conectó ocho pases de Herbert para 94 yardas y atrapó lanzamientos a la zona roja de 6 y 40 yardas. Con una recepción en el segundo cuarto, superó las mil yardas recibidas esta temporada, convirtiéndose en el tercer novato en su posición de los Cargadores en alcanzar ese hito.
Juego de locura
Sujeto a los caprichos que tiene este deporte, el duelo entre Bengalíes y Broncos deparó una noche con un final de locura. Volteretas, errores y atrapadas sensacionales. De transitar por dos periodos basados en tácticas defensivas, Cincinnati se mantuvo con vida en la pelea por los playoffs al imponerse en tiempo extra a Denver 30-24, con lo que definirá uno de los comodines de la Conferencia Americana en la última semana de la temporada regular.
Un pase de anotación de 3 yardas del mariscal de campo de los Bengalíes, Joe Burrow, al receptor Tee Higgins fue la diferencia. La jugada surgió apenas minutos después de que el pateador Cade York tuviera un intento de gol de campo de 33 yardas que rebotó en el poste.
Si el juego llegó a tiempo extra fue gracias a una frenética serie de los Broncos durante los 89 segundos finales, cuando Bo Nix conectó con el receptor Marvin Mims en las diagonales, tras un lanzamiento de 25 yardas en cuarta oportunidad.
Los Broncos perdieron la oportunidad de lograr una notable coincidencia histórica al conseguir un lugar en los playoffs en Cincinnati, como lo hicieron en 2015. Ahora sus posibilidades están abiertas, al igual que las de los Bengalíes.