Ciudad de México. El Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro Pro) expresó su solidaridad en esta Navidad con quienes están privados de su libertad de manera injusta, al tiempo que destacó el caso de Keren Ordoñez, detenida en Tlaxcala desde hace nueve años.
“Esta Navidad nombramos y nos solidarizamos con las personas que están privadas injustamente de su libertad, lejos de sus familias. Como Keren Ordoñez, quien está recluida en Apizaco, Tlaxcala, y quien continúa luchando por demostrar su inocencia”, señaló el Centro Pro. “Abrazamos a la distancia a Keren Ordoñez… quien no ha podido estar junto a sus padres y su hija en estas fechas desde hace nueve años”, agregó.
La agrupación, que ha abogado porque se revise el proceso de Ordoñez y se declare su inocencia, expuso que fue detenida cuando estaba aún convaleciente, tan sólo un mes después de tener a su hija, y acusada de secuestro. Fue “sometida a golpes, asfixia y amenazas de lastimar a su hija”, y obligada a declararse culpable.
A sus 19 años, “Keren tuvo a su primera y única hija tras un parto complicado que puso en riesgo su salud. Keren y su familia vivían en un contexto de pobreza y desigualdad económica y no contaron con ningún tipo de apoyo por parte del padre de la bebé”, indicó el Centro Pro en una relatoría de este caso.
Explicó que el 11 de diciembre de 2015, Keren acudió a casa de su ex pareja para solicitarle recursos para la manutención de su hija. Mientras lo esperaba en la entrada del domicilio, agentes armados de la ahora extinta policía federal y policía ministerial de Tlaxcala arribaron al lugar, donde detuvieron a la ex pareja de Keren, así como a otro hombre que se encontraba en el lugar.
También fueron remitidas en calidad de detenidas tanto ella como su bebé, y trasladadas a instalaciones de la fiscalía de Veracruz. En el reporte oficial se refiere que se examinó a una “niña de un mes de edad, en calidad de detenida”.
La organización defensora de derechos humanos señaló que, tras quitarle a la bebé de brazos, los agentes la subieron a una patrulla donde “fue sometida a golpes, asfixia y amenazas de lastimar a su hija. Incluso los agentes hicieron referencia a que, como la bebé aún no contaba con un acta de nacimiento, nadie se percataría de su ausencia; es decir, amagaron con desaparecerla”.
Además, “fue obligada a firmar una declaración fabricada en la que reconocía haber participado en el secuestro, realizando labores de cuidado”.
Mientras un juez dictó sentencia condenatoria contra Keren con una pena de 50 años de prisión, su ex pareja quedó en libertad desde 2019 y “no ha vuelto a ver o hablar con Keren, y se ha desentendido por completo de las obligaciones alimentarias de su hija”.