Una batalla campal en una fábrica, la policía sometiendo con pistolas de electrochoques a huelguistas, un activista que pasa 100 días encaramado en una chimenea son ejemplos de la brutalidad de las relaciones sociales en Corea del Sur que inspiraron la serie "El juego del calamar".
La esperada segunda entrega de "El juego del calamar" se estrena el jueves, después de que la serie lograra ser la más vista en la historia de Netflix con su primera temporada.
La producción muestra a personajes desesperados compitiendo en una versión mortal de un juego tradicional para niños, en busca de una recompensa.
Su director y guionista, Hwang Dong-hyuk, afirma que las experiencias del protagonista Gi-hun, se inspiraron en una violenta huelga en la planta de Ssangyong en 2009, cuando un grupo de trabajadores tomaron una industria para protestar por un plan de despidos.
"Quería mostrar que en el mundo en que vivimos, cualquier persona de clase media puede derrumbarse y caer al fondo de la escala social de la noche a la mañana", explica.
En mayo de 2009, el gigante automotor Ssangyong anunció un plan de despidos que afectaría a más de 2.600 personas, un 40% de su personal, para hacer frente a sus dificultades.
Los trabajadores se movilizaron y ocuparon la planta durante una huelga de 77 días que terminó con enfrentamientos entre los huelguistas y policías antidisturbios armados con pistolas eléctricas y helicópteros que lanzaron gases lacrimógenos.
Muchos sindicalistas fueron reprimidos con violencia y algunos fueron encarcelados.