Como mencioné el lunes pasado, pese a muchas promesas gubernamentales a fin de garantizar agua limpia de arsénico a los millones de habitantes de las nueve ciudades que integran la región de La Laguna, no existe un informe imparcial que muestre los progresos alcanzados. En cuanto al plomo en el aire, el suelo y el agua, el problema sigue vigente.
En una reciente entrega de “Semanario”, publicación del diario Vanguardia, con sede en Saltillo, y que cubre especialmente lo que ocurre en el estado de Coahuila, se incluye el resumen realizado por el reportero Francisco Rodríguez de algunos estudios efectuados por especialistas de varias instituciones académicas. Uno de ellos por el Instituto de Geofísica de la UNAM durante 2016, 2022 y 2023, fruto del “proyecto de investigación e incidencia en materia de salud y ambiente para lograr justicia para La Laguna: interacción entre salud y ambiente y estatus socioeconómico”. Lo dirigió la doctora en ciencias Ofelia Morton Bermea, y contó con el apoyo financiero del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencia y Tecnología (Conahcyt).
En él se muestra la elevada contaminación atmosférica que registra la ciudad de Torreón vía numerosos metales potencialmente carcinógenos para adultos y niños, como arsénico, cromo, cadmio, plomo, manganeso y níquel. El nivel existente de ellos supera lo permitido en la legislación ambiental vigente en el país. Y mucho más lo que señalan la Organización Mundial de la Salud (OMS), las agencias de protección ambiental de Estados Unidos (EPA) y la de sustancias tóxicas y registro de enfermedades, con sede en Atlanta.
La doctora Morton Bermea y sus colaboradores analizaron más de 200 muestras de material particulado existente en la atmósfera de Torreón. Encontraron reducción de concentraciones en zinc, arsénico y plomo de 2016 a 2023. Pero en el plomo, su concentración rebasa la norma oficial vigente, para nada estricta. A eso se suma mayor presencia de manganeso, cromo o cobre, por ejemplo. Su origen: la industria metalúrgica, muy destacadamente el complejo industrial Met-Mex Peñoles y la empresa Especialidades Metalúrgicas de La Laguna SA de CV.
La presencia de esos contaminantes en el aire de Torreón (y seguramente en sus ciudades vecinas, Gomez Palacio y Lerdo) prueban el fracaso de las medidas de los sectores oficiales responsables de garantizar un aire limpio de tan peligrosas sustancias que afectan la salud de la población de Torreón y ciudades vecinas y la de quienes laboran en las dos citadas empresas. El estudio de la doctora Morton Bermea revela que las concentraciones de plomo, cobre y manganeso rebasan la norma oficial vigente. Además, en su reportaje, Francisco Rodríguez destaca cómo la citada investigadora advierte que existen muchos elementos contaminantes que no disponen de una norma mexicana de límites permisibles. Es el caso del zinc, cobalto, vanadio y cobre.
La destacada toxicóloga Lilia Albert Palacios documenta con datos muy precisos que las concentraciones de arsénico, cromo, cadmio, manganeso y zinc en la atmósfera de Torreón y ciudades conurbadas son un riesgo potencial para la salud de adultos y niños.
Y al igual que otros especialistas, destaca que si el plomo es fuente de numerosas enfermedades, no lo es menos el cromo, iguamente cancerígeno en seres humanos, mientras el níquel causa males como bronquitis crónica, disminución de la función pulmonar y cáncer de los pulmones. De igual modo ocurre con el zinc y el cadmio. Sobre este último, el diario Vanguardia publicó hace cinco años un estudio de Édgar Olivas de la Universidad Juárez del estado de Durango, sobre las enfermedades renales en un sector de Torreón: 80 por ciento de una muestra de pacientes tenía daño renal moderado.
Hace más de un siglo que el plomo y otras sustancias afectan la salud de cientos de miles de personas, especialmente en Torreón. Suele atribuirse todo lo malo que sucede en el país, a la desidia de las autoridades emanadas de los partidos PRI y PAN. Pero desde 2018 gobierna uno que prometió hacer las cosas diferente en el campo del medio ambiente y la salud pública. No ha cumplido, como se comprueba en La Laguna y sucede en otras partes del país con otras fuentes contaminantes.