Tapachula, Chis. Una nueva caravana salió de esta ciudad fronteriza con Guatemala, en el marco del Día Internacional del Migrante, en busca de avanzar al centro y norte de México, así como para visibilizar la crisis humanitaria que padecen los indocumentados, aseguró el activista Luis García Villagrán, del Centro de Dignificación Humana A.C.

El éxodo integrado por unas mil 500 personas emprendió la caminata en los primeros minutos de este miércoles hacia la carretera costera de Chiapas por donde caminaron unas seis horas hasta llegar al municipio de Huehuetán para realizar su primer descanso.

“Hay una crisis agravada desde hace siete años, tenemos un nudo humano que quieren hacer en esta ciudad y por eso los contingentes, por eso las llamadas caravanas, los éxodos, este es un éxodo por la paz que está tratando de visibilizar el problema serio que tenemos con la movilidad humana”, expreso García Villagrán.

Según sus estimaciones, alrededor de un millón de migrantes han cruzado por la frontera con Guatemala en busca del sueño americano, y el flujo seguirá pese a las amenazas del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump.

“La movilidad humana no va cesar, no va a terminar de caminar la gente, de avanzar hacia los Estados Unidos o a hacia donde tenga que avanzar así esté de Presidente quien esté de Presidente, aquí el problema es que no hay un acuerdo civilizado entre las partes, entre el gobierno de Claudia Sheinbaum y el obierno de Estados Unidos”, añadió el defensor.

La venezolana Rubí Vázquez dijo que ser migrante es una de las peores condiciones del ser humano porque tiene que abandonar familia y lugar de origen en busca de una vida mejor.

“Uno de verdad no quiere salir de su país, dejar su mamá, su papá, sus hijos, no es fácil abandonar eso. Llegar a dormir en plazas, en calles, pedir comida cuando tienes un hogar, y obligatoriamente tenemos que salir de nuestro país, no es porque queramos”, comentó.

Relató que el grado de vulnerabilidad es muy alto siendo víctimas del crimen y de la xenofobia de los pueblos por donde avanzan en su ruta hacia el norte.

Jesus Tovar, de Venezuela, dijo que a sus 56 años de edad aun tiene fuerzas para trabajar y al migrar prefirió arriesgar su vida antes que exponer la de sus hijos y nietos.

“El sueldo no le alcanza a uno ni para comer ni para vestir, yo tengo mis hijos, tengo nietos, y prefiero venirme yo a que se vengan ellos por seguridad, porque pasé (la Selva) el Darién, he pasado todos estos países y el rumbo mío es llegar a Estados Unidos, pero si me va bien en México, me están esperando para trabajar, me quedo”, expresó el sudamericano.

Esta es la novena caravana migrante que sale de Chiapas, y la sexta desde el triunfo de Trump. Los migrantes coinciden en dejar la frontera sur de México por la falta de empleos y la demora en los trámites de regularización, pero principalmente porque quieren llegar antes que el republicano llegue a La Casa Blanca en enero próximo.