Ciudad de México. El sistema financiero mexicano se mantiene sólido y resiliente en medio de un entorno internacional de menor crecimiento, crecientes tensiones geopolíticas y ante el inicio de un comienzo de un ciclo de mejores tasas de interés derivado de posturas monetarias menos restrictivas ante una menor inflación, aseguró este miércoles Victoria Rodríguez Ceja, gobernadora del Banco de México (BdeM).
En conferencia de prensa vía remota, Rodríguez Ceja resaltó que la actividad económica mexicana había mostrado “una notable debilidad”, sin embargo, para el tercer trimestre de este año el producto interno bruto nacional repuntó. En este contexto, agregó, el sector financiero local ha mantenido su estabilidad gracias a su robustez, con una banca comercial que mantiene altos niveles de capital y liquidez.
No obstante, al presentar el informe “Reporte de estabilidad financiera diciembre 2024”, la gobernadora del banco central advirtió que si bien las vulnerabilidades y los riesgos identificados para la estabilidad financiera se consideran en general acotados, choques inesperados o severos podrían afectar su buen funcionamiento, por lo que es necesario prestar la debida atención a todos los factores.
En este sentido, destacó que los principales riesgos que enfrenta el sistema mexicano están relacionados con elementos macrofinancieros, los cuales podrían generarse a partir del deterioro de variables financieros y macroeconómicas, tanto a nivel nacional como internacional; otros riesgos, agregó, son los inherentes al sistema financiero, es decir, los relacionados a la economía de los hogares, empresas, gobierno y demás.
Al respecto, el informe del BdeM detalla que los riesgos macrofinancieros que, de materializarse, pudieran afectar la estabilidad del sistema financiero mexicano son sorpresas en las condiciones financieras globales respecto a lo previsto; el incremento en las tensiones geopolíticas o de los conflictos comerciales; la materialización de un evento sistémico con implicaciones para el sistema financiero global; debilitamiento adicional de la economía nacional, y ajustes no anticipados en las calificaciones crediticias de emisores nacionales relevantes.