Ciudad de México. El Premio Mauricio Achar/Random House para autores noveles, en su démima edición, se otorgó por unanimidad a Berenice Andrade Medina por su novela Nadie recuerda su propia muerte. Concursaron 120 trabajos y hubo cuatro finalistas. El premio tiene un monto monetario de 150 mil pesos y la novela ganadora será publicada a mediados de 2025, expresó Andrés Ramírez, jurado del certamen.

Los otros jurados fueron Francisco Goñi, representante de Librerías Gandhi, y los escritores Alaide Ventura Medina, David Toscana y Julián Herbert.

Para el sello Random House “el premio es clave en la difusión de autores jóvenes”, ya que la vocación de la editorial de descubrir autores se confirma con este galardón, recordó Ramírez. Al leer el acta del jurado, Ramírez dijo que se le otorgó el primer lugar al trabajo de Andrade Medina por ser “una novela con un agudo sentido del humor que mezcla el mundo de la magia rural, con la psiquiatría moderna, planteando contrastes entre la herencia genética y la herencia cultural. Una historia con carga paródica, contada con una técnica narrativa que alterna la primera persona y la tercera persona, logrando así mezclar dos tradiciones del discurso narrativo para abarcar un relato intergeneracional”.

Indicó que durante la sesión, antes de la definición de la obra ganadora, Alaide Ventura Medina, miembro del jurado, expresó haber “reconocido la novela que resultó seleccionada y a su autora por lo que se abstuvo de emitir su voto, según se acordó todo el jurado. Una vez abierta la plica el jurado se enteró de que el nombre de la ganadora es Berenice Andrade Medina”, finalizó Ramírez.

Herbert, a su vez, anotó “la importancia que tiene lo mental, lo psiquiátrico para la narración. La recuperación del ámbito rural ha sido notable y nos abre al diálogo con lo que pasa”. Recordó que a la hora de leer los trabajos es necesario olvidarse de que estos concursan para un premio y, en cambio, dejarse llevar por la literatura y el hecho de estar leer una novela.

Para Toscana, se trata de una historia triste, no ausente de humor, contada de una manera fresca.

En cuanto al tema, Andrade Medina indicó: “Crecí en una tradición mágica religiosa y leía a varios de los autores del realismo mágico. Quise escribir acerca del pueblo donde nacieron mis abuelos maternos y mi madre, a la vez que hablar de fantasmas”. En Nadie recuerda su propia muerte, la protagonista le echa la culpa de todo lo que le pasa a una “maldición”, aunque podría haber una razón más científica.

Respecto a lo que la literatura representa para ella, Andrade Medina dijo que significa “una manera de contar mi historia sin contarla, a la vez que contribuir al imaginario de mi propia familia”.