Si algo distingue a la actual empresa de la Plaza México es su congruencia, si no con el impulso de la fiesta de los toros, búsqueda de nuevos valores y respeto por la afición capitalina, sí con su propósito inicial de hacer siempre su santa voluntad tras haber alcanzado, hace años, su nivel de incompetencia.
Es mi dinero, parecen decir, y lo invierto como se me pegue la gana sin considerar un mínimo rigor de resultados, tanto financieros como taurinos. Con esos criterios, se desentendieron de mejorar su oferta de espectáculo y de asistencia al coso, conformándose con una fiesta para los cuates –ciertos ganaderos y toreros– y un público reducido pero bueno para beber. Un antitaurino no lo haría peor.
Juzgue el lector la mentalidad que sustenta esta rumbosa Feria del 79 Aniversario: nueve festejos en total, siete corridas de toros, una novillada nocturna y una corrida femenina mixta, entre el 19 de enero y el 9 de marzo de 2025, que para prever el futuro, esta empresa se pinta sola, aunque no tanto como las pintarrajeadas bardas del otrora prestigiado inmueble, cuyos pasillos se saturaron de bares y puestecitos, no de salas de conferencias y exposiciones, menos un museo, mientras las esculturas de Alfredo Just son vandalizadas y el mural de Ramón Reveles se decolora, sin que a nadie le importe un carajo. Es su manera de blindar lo que va quedando de la fiesta antes del puntillazo incruento de los dóciles legisladores.
Empeñada en ofrecer carteles cerrados, la empresa anuncia: 19 de enero, toros de José Garfias para Juan Pablo Sánchez, Borja Jiménez y Luis David. 26 de enero, reses de De La Mora para Fermín Rivera, Alejandro Talavante y Leo Valadez. 2 de febrero, toros de La Estancia para el rejoneador español Guillermo Hermoso de Mendoza, Diego San Román e Isaac Fonseca. Lunes 3 de febrero, astados de Xajay para Joselito Adame, Andrés Roca Rey y Arturo Gilio. Miércoles 5, toros de Los Encinos para Enrique Ponce, que por fin se despide, Diego Silveti y Alejandro Adame, que confirma su alternativa.
El viernes 7 a las 20 horas, novillos de Carranco para Emiliano Osornio y Bruno Aloi, mano a mano. Domingo 23, encierro de Las Huertas para el rejoneador español Andy Cartagena, José Mauricio y Ernesto Javier Calita. 2 de marzo, ganado de Rancho Seco para Angelino de Arriaga, Jesús Enrique Colombo y Juan Pedro Llaguno, que confirma la alternativa. Y el domingo 9 de marzo, dos de Marrón para la rejoneadora Stefanía Uribe, y cuatro de Campo Hermoso para la matadora Paola San Román y la novillera Rocío Romero.
¿Qué tal la camaradería empresarial? Primero los amigos y luego lo demás. Urgida nuestra fiesta de diestros que apasionen, ¿quién ordenó importar dos rejoneadores en vez de aprovechar a dos espadas mexicanos que interesen? Y si el gusto por el caballito es incontrolable, ¿qué les impidió poner a Emiliano Gamero y a Jorge Hernández Gárate? ¿Por qué no se anunció de nuevo a ganaderías que triunfaron en la desafortunada temporada novilleril? Como si metieran gente, ¿no hay quien obligue a los que figuran a torear hierros exigentes?
En lugar del brody Talavante, ¿no pudieron traer a Perera, Luque, David Galván, Escribano, Ginés Marín, repetir a Juan Ortega o contratar al colombiano Juan de Castilla? ¿Por qué incluir a diestros nacionales que hace tiempo dejaron de decirse y de decir? Por seguir anunciando carteles cerrados, los diestros que triunfen en esta feria ya no podrán repetir aunque la gente quiera volver a verlos. Y como dijo una aficionada: se ve que los que hicieron los carteles no van a la plaza
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