excelente conversación(29 de noviembre pasado) entre el precipitado Justin Trudeau y Donald Trump: el primer ministro canadiense recibió del futuro inquilino de la Casa Blanca una generosísima oferta que, dado su entreguismo y en su calidad de tapete, no puede rechazar, es decir, convertir a su nación en el estado número 51 del país de las barras y las estrellas. Eso sí, de lo que motivó su apresurado viaje a Miami (cancelar la amenaza de cargar 25 por ciento de aranceles a todos los productos que Canadá exporte a Estados Unidos, más los condicionantes migratorios y tráfico de drogas) no consiguió absolutamente nada.
Se supone que Trump lo planteó a Trudeau en tono de broma
, pero, dado el histórico expansionismo estadunidense, nada raro sería que, en realidad, el presidente electo lo dijo no en tono jocoso, sino con la mayor seriedad ante un primer ministro que sólo atinó, nervioso en extremo y sin atinar respuesta alguna, a celebrar
el presunto chistorete. No hay que olvidar que en sus 248 años de independencia de la conformación original de la Unión Americana
(13 ex colonias británicas), Estados Unidos pasó a tener 50 estados (Hawái, como tal, el más reciente, en 1959), con miras a contar con 51 (sin considerar posesiones extracontinentales e ilegales, como la base militar en Guantánamo, Cuba) por cortesía del afligido cuan zalamero Justin.
La Jornada lo reseñó así: durante la cena que tuvieron el pasado viernes, el futuro presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ofreció al mandatario de Canadá, Justin Trudeau, que este país se convierta en el estado número 51 de su vecino, según reportes no confirmados de Fox News. La sugerencia del republicano, a manera de broma, se habría dado luego de que éste amenazó a México y Canadá con imponerles aranceles de 25 por ciento si no detenían el flujo de migrantes indocumentados y el tráfico de drogas, principalmente fentanilo. Según la cadena estadunidense, en la reunión efectuada en la residencia de descanso del magnate en Florida el primer ministro canadiense señaló que el arancel que Trump planea aniquilaría la economía de Canadá, a lo que el estadunidense respondió que tal vez su vecino debería convertirse en el estado 51
, y Trump tiene fama de todo, menos de simpático y bromista.
A Trudeau no le gustan el tono ni la amenaza del futuro mandatario gringo (aunque ante él se arrodilla), pero sí se da el lujo de hacer lo propio contra otros, México, por ejemplo. Gracias al TLCAN y al entreguismo del régimen neoliberal, los consorcios mineros canadienses obtuvieron concesiones a manos llenas y se apropiaron de las reservas auríferas de nuestro país, siempre apoyados por su cabildero… Justin Trudeau.
Hay que recordar la amenaza (2013) de la entonces presidenta de la Comisión de Minería de la Cámara de Comercio de Canadá, Rosalind Wilson, quien a los inquilinos de San Lázaro dijo: Las empresas mineras de mi país abandonarán México si el Legislativo mexicano aprueba el impuesto especial de 7.5 por ciento a las utilidades de explotación, propuesto por el gobierno de Enrique Peña Nieto. El mensaje es que los inversionistas estamos claramente en retirada de aquí. Las cargas impositivas han obligado a los inversionistas canadienses a trasladar sus capitales a otras naciones
.
Eso dijo la muy educada miss Wilson, pero lamentablemente no cumplió su palabra y las mineras canadienses continúan saqueando la riqueza mineral de México (70 por ciento del oro mexicano, extraído por mineros mexicanos, se queda en manos canadienses). Tiempo atrás, la entonces secretaria de Economía, Raquel Buenrostro, denunció que las empresas mineras que operan en México sólo pagan de impuestos 0.002 por ciento de sus ingresos; ellas no son unas blancas palomitas y tienen problemas en todo el mundo. Después de los hidrocarburos, el contrabando más fuerte es el de minería; fiscalmente no hay sector más beneficiado que el minero
. No pocos corporativos mineros canadienses se niegan a pagar impuestos (First Majestic tenía un adeudo fiscal de 11 mil millones de pesos).
¿Entonces Trudeau quiere sacar a México del T-MEC? Bien, pero primero que se lleva a sus corporativos mineros y dejen el oro mexicano para los mexicanos.
Las rebanadas del pastel
Atento recordatorio de la presidenta Sheinbaum a la Casa Blanca: ¿Qué pasa cuando la droga llega a Estados Unidos? ¿Dónde están allá las incautaciones y detenciones? ¿Quién la vende? ¿Dónde está el recurso de esa venta?, porque el mercado principal está allá. Que cada uno haga su trabajo en su propio territorio
.
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