Ciudad de México. Rolando Díaz Caravantes, investigador del Colegio de Sonora, instó a las autoridades federales a revisar el proyecto estatal, respaldado por el Plan Nacional Hídrico, para la construcción de tres presas en Sinoquipe, Puerta del Sol y Las Chivas, en San Miguel de Horcasitas, porque provocarían impactos ambientales y severas reducciones del suministro de agua en más de 30 comunidades, que van de Sinoquipe a Topahue.
Díaz precisó a La Jornada que “los funcionarios primero deben averiguar de manera local los impactos socioambientales que tendrán este tipo de proyectos e involucrar especialistas, antes de brindarle su respaldo”, cuando el estado traviesa por una aguda sequía, los pozos cada vez son más profundos y el rio Sonora sigue contaminado con metales pesados a causa del derrame químicos ocasionado por Grupo México hace 10 años.
Además, los llamó a someter a consulta todos los puntos sobre este proyecto y señaló que este tiene un sobrecosto al estar estipulado en 7 mil millones de pesos.
El gobernador de Sonora, Alfonso Durazo, anunció este año la construcción de las presas sobre la cuenca del río Sonora con el fin de hacer uso de los derechos de concesión para trasvase de hasta 160 millones de metros cúbicos para Hermosillo. Al presentar del Plan Nacional Hídrico, el director de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), Efraín Morales López, confirmó que se tiene contemplado el proyecto para garantizar el suministro a la ciudad para los próximos 40 años.
Díaz señaló que “Conagua debe de quitarse esa visión mercantilista porque con este tipo de programas se están desviando de los cuatro ejes rectores del plan”, que son política hídrica y soberanía nacional, justicia y acceso al agua, mitigación del impacto ambiental y adaptación al cambio climático, además de gestión integral y transparente.
De construirse, indicó que habrá afectaciones en Sinoquipe, Banamichi, La Mora, Las Delicias, Huépac, Ranchito de Huépac, San Felipe de Jesús, Aconchi Estancia de Aconchi, San Pablo, El Rodeo, San José de Baviacora, Baviacora, La Capilla, Suaqui, Las Tortugas, El Molinote, La Aurora, Mazocahui, Puerta del Sol, Ures, San Pedro de Ures, Santiago de Ures, San Rafael de Ures, Guadalupe de Ures, San José de Gracia y Topahue, entre otras.
Obtuvo estas conclusiones tras estudiar, de 1991 a 2011, la reducción gradual que produjo el sistema de presas El Molinito-Abelardo L. Rodríguez al suministro del agua en las comunidades de Molino de Camú, San Juan, San Bartolo, Fructuoso Méndez, La Victoria, El Tazajal. Esto provocó una reducción del campo agrícola de 9 mil a 3 mil hectáreas, cambios en la vegetación rivereña y en varias comunidades el abastecimiento es con pipas, un escenario similar que se espera si operan las otras presas.
Al considerar “arcaico” el uso de presas en estos días, sugirió a las autoridades federales, estatales y municipales trabajar conjuntamente sobre las fugas en los sistemas de conducción y el desperdicio del recurso con medidores, además de elevar la eficiencia física de 45 a 75 por ciento con la finalidad de tener agua hasta 2050 sin la necesidad de la construcción de estas presas.