Moscú. Las protestas en Tiflis, capital de Georgia y otras ciudades de esta república ex soviética del Cáucaso del sur, continuaron por quinto día consecutivo y derivaron una vez más en violentos enfrentamientos, reprimidos de nuevo por las autoridades con la fuerza policial que recurrió al uso de cañones de agua y gases lacrimógenos.
De este modo se dispersó a los inconformes con la decisión del gobierno de Irakli Kobajidze de posponer hasta 2028 la negociaciones para el ingreso del país en la Unión Europea (UE).
Los descontentos, como vienen haciendo desde el jueves pasado cuando se anunció la decisión, aseguran que volverán a reunirse la noche del día siguiente en la céntrica avenida Rustaveli, junto a la sede del Parlamento georgiano, sitio tradicional para expresar en mítines y plantones el desacuerdo con las decisiones gubernamentales.
La presidenta de Georgia, Salome Zurabishvili, que desconoce el triunfo del partido oficialista Sueño Georgiano en las legislativas del pasado 26 de octubre y se niega a dejar el cargo hasta que el país tenga un Parlamento y gobierno legítimos, escribió este lunes en su cuenta de la red social X: “Otra impresionante noche en que los georgianos defendieron su Constitución y su opción europea. La determinación en las calles no da muestra de parar”.
Zurabishvili comentó con estas palabras la concentración que hubo el domingo de no menos de 40 mil personas frente a la sede del Legislativo en Tiflis, junto con imágenes de los enfrentamientos que terminaron, de nueva cuenta, con decenas de detenidos que ondeaban banderas de Georgia y de la UE. Hoy (lunes) se supo que la policía arrestó a Zurab Dzhaparidze, uno de los líderes de la opositora Coalición para el Cambio, según informó esa formación en sus cuentas en Internet.
En una reunión de su Gabinete, transmitida en directo por la televisión georgiana, incluidos los principales canales satelitales, el premier Kobajidze acusó a los partidos de oposición de violentar el orden constitucional en el país.
“Actúan abiertamente contra el orden constitucional de Georgia, lo cual es motivo suficiente para pedir a la Corte Constitucional que declare al margen de la ley a los partidos de oposición”, reflexionó el jefe de gobierno.
Reiteró que nada hay que negociar con ellos, que exigen la repetición de los comicios legislativos del 26 de octubre, cuyos resultados otorgaron el triunfo al partido oficialista Sueño Georgiano, victoria que sus rivales políticos consideran fraudulenta.
El portavoz de la presidencia rusa, Dimitri Peskov, aunque dijo que lo que pasa en Georgia es un asunto interno de esa república del espacio postsoviético, afirmó este lunes que “a la vista hay un intento de desestabilizar la situación” en el país caucásico.
Agregó: “Vemos todos los indicios de que se intenta organizar una Revolución Naranja, a imagen y semejanza de la que ocurrió en Ucrania” en las protestas populares contra el fraude electoral del candidato preferido por Moscú, Viktor Yanukovich, en la Plaza de la Independencia, conocida como Maidan Nezaleshnoshty, en 2004, lo que el Kremlin califica de “golpe de Estado” que instauró “un régimen nazi” en Kiev.