Atoyac de Álvarez, Gro. Víctor Cardona Galindo, cronista de Atoyac y escritor, señala: “Hay consenso entre los sobrevivientes de la guerrilla y gente del pueblo de que Lucio Cabañas fue traicionado; lo fueron marginando y le cerraron los caminos en la Sierra de Atoyac; se fue cerrando el cerco y lo obligaron a irse a los brazos del grupo de los hermanos José Isabel, Anacleto y Ezequiel Ramos, quienes se financiaban con la siembra de enervantes y compra de armas en el mercado negro”.
Había otro grupo con el que Lucio trabajaba: “Lo que no sabía era que Anacleto Ramos, por medio de César del Ángel (líder de los 400 pueblos, integrante de la priísta Confederación Nacional Campesina), tenía relación con (Fernando) Gutiérrez Barrios (subsecretario de Gobernación)”.
Los hermanos Ramos “deciden entregar a Lucio, presuntamente porque habían detenido a las hijas de uno de ellos. Por eso lo canjean y lo traicionan; sumaban cerca de 13 guerrilleros, más los cuatro que iban con Lucio”.
La noche del 1 de diciembre de 1974, “José Isabel Ramos bajó a El Guayabillo y regresó por su primo y su gente, pero se retiró y dejó a Lucio con cuatro combatientes”. Todavía dicen que Lucio le preguntó a Isabel: “¿vas a regresar?”, y él le respondió que sí: “Vamos a un mandado al Inmecafé (Instituto Mexicano del Café)”.
Lucio le propuso que se llevara a otra persona para que le mandara con él unas cosas que compraría en El Guayabillo. Y Lucio se quedó con tres guerrilleros, por eso a Marcelo “N”, que agarró el Ejército vivo saliendo de El Otatal y lo silencian (desaparecen) para no delatar la presencia del Ejército, pero lo entregó también Isabel”.
El cronista dice que “Lucio cayó en combate y detienen a los otros dos, que fueron ejecutados en una casa cercana y los entierran ahí, pero la gente llevó sus cuerpos al panteón de El Guayabillo, posteriormente la Comisión Nacional de los Derechos Humanos los exhuma y sepulta en el panteón municipal de Atoyac.
“Algunos dicen que con la llegada de Andrés Manuel López Obrador al gobierno se habían cumplido sus ideales. No, Lucio luchaba por más que eso. Lucio luchaba en contra del capitalismo. Él quería construir el socialismo”.
A 50 años de su muerte, “las ideas de Lucio siguen vigentes mientras siga habiendo explotación, mientras haya ricos y pobres y siga habiendo injusticia y marginación”, concluye Cardona Galindo.
Lucio en la Normal de Ayotzinapa
Arturo Miranda Ramírez, investigador de la Universidad Autónoma de Guerrero y ex guerrillero de la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria recordó que convivió con Lucio de septiembre de 1956 a julio de 1963, “cuando lo elegimos delegado de la Normal de Ayotzinapa” para asistir al Congreso de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México (FCSM), “la mayoría de los delegados de las 29 normales que aglutinaba la FECSM votaron a favor de que Lucio fuera secretario general de la orgenización, por lo que se ve obligado a trasladarse de Guerrero a la Escuela Normal de El Mexe, en el estado de Hidalgo, donde se llevó a cabo el evento y estudió un semestre”.
Tras la muerte de Lucio, la incertidumbre
Micaela Cabañas nació el 19 de septiembre de 1974 y un mes después, en octubre, fue detenida en Tixtla, junto con su madre Isabel Ayala Nava y su abuela Rafaela Gervacio Barrientos, hija, esposa y mamá de Lucio Cabañas, respectivamente. También fueron detenidos otros familiares del extinto guerrillero y llevados al Campo Militar Número Uno, recuerda Hilario Mesino, fundador de la Organización Campesina de la Sierra del Sur.
El dirigente reiteró la demanda planteada por organizaciones sociales de Guerrero a la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo para que los nombres de Lucio Cabañas Barrientos y el de Genaro Vázquez Rojas sean inscritos en letras de oro en el recinto del Senado de la República.