Para llegar a los estados del norte, los migrantes no sólo deben cruzar entre 3 mil y 4 mil kilómetros desde la frontera sur del país, sino que varios tienen que repetir esta travesía dos o tres veces, dependiendo del número de ocasiones en que sean detenidos por agentes del Instituto Nacional de Migración (INM), que como parte de su estrategia de desgaste
los regresa a Tapachula, Chiapas, o Villahermosa, Tabasco, para que vuelvan a iniciar su recorrido.
Así ha sido para varios de los indocumentados, incluidos niños, que viven en los campamentos irregulares de la Ciudad de México. Es el caso de la familia de Mariana, venezolana, quien habita desde hace un mes en el asentamiento de Plaza de la Soledad, en el barrio de La Merced.
En entrevista, compartió que en julio pasado llegó a México en compañía de su pareja y dos niñas con el deseo de conseguir una cita en CBP One para entrar a Estados Unidos. Sin embargo, no sólo no ha logrado que se le asigne una fecha de recepción en ese país, sino que el INM la ha detenido en dos ocasiones, y la regresó a Villahermosa.
Relató que la última vez fueron capturados mientras viajaban en un tren de carga por Ciudad Juárez, Chihuahua. Fue en Samalayuca, donde se encontraron a los agentes migratorios. “Bajamos y nos echamos a correr, pero me alcanzó uno de ellos. Le supliqué que nos dejara ir, que teníamos dos niñas y me respondió: ‘tuviste la oportunidad de escapar, pero te alcancé; esta vez yo gané’”.
Señaló que una vez en Villahermosa, tienen a las familias unos días en albergues, donde reciben comida, pero a los hombres y mujeres que viajan solos el INM los deja a su suerte
.
Afuera de su ranchito
, un pequeño cuarto de retazos de triplay, por el que la familia pagó 2 mil pesos, señaló que los retornos que hace el INM implican más dinero para los extranjeros, recorrer otra vez el camino andado y enfrentarse a los peligros de la ruta: secuestros, robos y extorsión.
Indicó que ante los amagos del futuro presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el actuar del INM genera más desesperación y temor
, pues muchos migrantes están intentando llegar a la frontera norte para cruzar antes del próximo 20 de enero, cuando empieza el mandato del republicano.
Nosotros ya decidimos irnos por tren otra vez; no queremos quedarnos aquí a pasar la Navidad. Si no sale la cita CBP One nos entregaremos, ¡a ver qué sucede!
, expresó.
Rosa, hondureña, también viaja con dos hijos y una hermana. Mencionó que la primera vez que intentó llegar a la frontera norte la detuvo el INM y la regresó a un lugar cerca de Veracruz. Nosotros llegamos hasta Arriaga (Chiapas), caminando día y noche en caravana. Después avanzamos solas hasta Samalayuca, Chihuahua; allá íbamos en un taxi, pero parece que nos vendió
.
Una vez detenidos, nos dejaron sin comunicación, nos regresaron cerca de Coatzacoalcos (Veracruz); fueron cuatro días en camión, con poca comida
.
Comentó que ya consiguió la cita CBP One, por lo que el próximo miércoles saldrá hacia Matamoros, Tamaulipas, para ingresar por el puerto de Brownsville, Texas. Mi miedo ahora son los secuestros, aunque voy en las manos de Dios, sabemos que para arriba hay mucho de eso
, expresó.
En la Ciudad de México hay cuatro campamentos irregulares de migrantes, con al menos 4 mil personas, según estimaciones del gobierno capitalino. La mayoría espera que se les programe una cita CBP One para solicitar asilo en Estados Unidos.