Ciudad de México. “A 47 días de iniciar actividades el dos de enero, ésta es la sala de consulta del Archivo General Agrario”, afirma el historiador Pedro Salmerón en un video subido a sus plataformas donde se ven piezas de plafones rotos sobre el suelo, y diversos escombros, agregando a lo dicho Salmerón en su calidad del director del recinto, que “lo peor no es eso, lo peor es que no hay nadie trabajado”, dice mientras camina entre escombros de la magna obra que constará de 35 mil 430 m2 de construcción y ocho niveles, y que albergaría 171 millones de documentos.
Esto sucede a punto de que se cumplan dos meses de que asumiera Edna Vega Rangel como titular de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU), secretaría responsable de terminar la magna obra y de ponerla en funcionamiento, de acuerdo al compromiso anunciado en la pasada administración.
Una de las causas determinantes del atraso denunciado es el despido masivo de los casi 900 trabajadores que hasta el mes de septiembre laboraban para el Archivo General Agrario, en su antigua sede, además del retraso de pagos a proveedores y la falta de certidumbre de los 50 trabajadores que sobrevivieron al recorte de personal y que aseguran que ven inviable que se ponga en marcha el recinto que albergará el segundo archivo documental más importante de nuestro país, después del Archivo General de la Nación.
La inversión original destinada por el gobierno federal fue de 2 mil 633 millones de pesos, suficientes para la habilitación de esta obra insignia destinada a rescatar nuestra historia como país.
La nueva sede ubicada en la Avenida Juárez en el centro histórico de la CDMX, tiene además de los ocho niveles ya citados, tres sótanos; diversos pisos que estarán destinados a albergar documentos, una sala multimedia, una biblioteca, más 10,500 m2 de espacio público y un amplio jardín botánico, a lo que se suman oficinas, áreas de consulta y servicio a visitantes.