Ciudad de México. Una juez de distrito otorgo un amparo a pueblos mayas de Hopelchén que han denunciado muerte masiva de abejas y afectación a la apicultura peninsular. Los colectivo de Comunidades Mayas de los Chenes y Muuch Kambal, así como el Centro del Derechos Humanos Utsil Kuxtal, confiaron en que esta histórica sentencia no será impugnada, por el contrario, sea el punto de partida para atender la grave crisis de mortandad de abejas que afecta a los ecosistemas, la integridad cultural y la economía de apicultores y apicultoras mayas de la Península de Yucatán.
Afirmaron que la resolución exige a las autoridades federales implementar “todas las medidas necesarias para evitar o mitigar el riesgo al medio ambiente en el que habitan las abejas, entablado acciones efectivas para investigar y combatir la muerte masiva de las abejas de Hopelchén, así como para contrarrestar los daños de las zonas en las que se encuentran los apiarios. En el entendido de que deberán garantizar la efectividad de las acciones que ya hayan realizado y/o que se lleguen a implementar, es decir, deberán demostrar que han realizado acciones que tienen un impacto efectivo en la protección del medio ambiente y en el combate de la mortandad de las abejas en la región de Holpechén.”
Apuntaron que el juicio de amparo, presentado el 19 de mayo de 2023 en el marco del Día Mundial de las Abejas, argumentó violaciones a los derechos de la naturaleza y de los colectivos de los pueblos mayas a la libre determinación, el territorio y la integridad cultural.
En el dictamen se señaló la omisión de las autoridades federales y estatales frente a las dos principales causas de muerte masiva de las abejas que son la utilización indiscriminada de agrotóxicos como fipronil, glifosato y neonicotinoides, y la deforestación desenfrenada, que ha colocado a Hopelchén como uno de los municipios más deforestados de México.
También se demostró que existía una afectación ecológica, económica y cultural pues, dijeron, la apicultura ha sido una práctica prehispánica de los diversos pueblos mayas de la región. Incluso manifestaron que la juzgadora reconoció que las abejas no sólo son fundamentales para los ecosistemas y la producción de alimentos, sino también parte del legado biocultural de los pueblos mayas, quien han practicado la apicultura desde tiempos prehispánicos.
“…la abeja posee un rol muy importante en los ecosistemas, pues tiene un papel preponderante en la reproducción de plantas y son vitales para los sistemas agrícolas de producción de alimentos#.
Así, estas constituyen un componente clave en la dinámica de las interacciones bióticas y en la producción de buena parte de frutos y semillas. Los pueblos y comunidades indígenas han convivido por cientos y miles de años con distintos tipos de vegetación en un proceso de intervención constante de recolección, semidomesticación y domesticación.
“En particular, la actividad de crianza de abejas sin aguijón para la extracción de miel, polen, cera, propóleo y servicios ecológicos ha tenido estrecha relación con la cultura maya, lo que ha permitido reconstruir un legado biocultural y favorecer el mantenimiento de los ecosistemas. En particular, esta abeja se ha introducido como un polinizador para la continuidad de las especies vegetales y la producción de alimentos, así como en la producción de miel. Estos servicios ambientales, también se han puesto en peligro por las amenazas para las abejas meliponas. …” señala la sentencia de la impartidora de justicia.
Los colectivos indicaron que para dar cumplimiento a la sentencia, las autoridades federales deberán implementar acciones que realmente combatan la grave crisis que ha generado la mortandad masiva de abejas, entre ellas prohibir totalmente agrotóxicos como el fipronil y los neonicotinoides, ya vetados en gran parte de Europa; aplicar plenamente el decreto que restringe el uso del glifosato; prohibir las fumigaciones aéreas que ponen en riesgo a las abejas y al ecosistema; investigar y sancionar las deforestaciones ilegales que han devastado la región.
Asimismo, establecer un programa participativo con las comunidades locales para crear corredores biológicos y restaurar los ecosistemas afectados; declarar a las abejas como sujetos de derechos y reconocer a las comunidades mayas como sus guardianas, en virtud de su relación ancestral y cultural.