Ciudad de México. Las posibilidades de defensa que hoy tienen las víctimas de desaparición y feminicidio se están reduciendo, en el país existe entre 96 y 99 por ciento de impunidad en el caso de desaparición; 91 por ciento en caso de feminicidio, por ello "nos matan porque se pueden", aseguraron activistas e investigadoras en un Conversatorio en la materia.
En el marco del Día Internacional de la Violencia Contra la Mujer (25N), en la Sala Alfonso Reyes de El Colegio de México (Colmex), se llevó a cabo el Conversatorio Madres luchando por la verdad y la justicia, en el cual se expusieron los estándares internacionales para erradicar la violencia y la experiencia desde las activistas, madres buscadoras y investigadoras para alcanzar la justicia en temas de violencia de género.
Para Leticia Bonifaz, del Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW), la reforma de "supremacía constitucional" que se aprobó recientemente en el Congreso "es poner una barrera a los diferentes casos de violencia de género, pues muchas cosas ya no se pueden usar", como los amparos a los que las víctimas podían recurrir.
Señaló que es "difícil poder un mensaje de esperanza a sus estudiantes" de derecho, pues el país "está lejos" de alcanzar un entorno libre de violencia a pesar de las recomendaciones "tangibles" que la CEDAW ha emitido. Para avanzar, se deben identificar las condiciones estructurales y culturales de dónde se reproducen la violencia de género, afirmó.
Asimismo, Karla Quintana, ex comisionada de Nacional de Búsqueda en el sexenio anterior, aseveró que "todas (las mujeres) tenemos historias de violencia de género pero en diferentes niveles. Tambien, tenemos recuerdos de la violencia hacia nuestras abuelas", por lo cual, precisó que estás situaciones no son nuevas pero hasta hace poco el Estado empezó a hacer acciones al respecto.
Explicó que en México fue en 2005, cuando una sentencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación determinó que sí podía haber violación sexual por parte del cónyuge, con lo cual inició el camino de reconocimiento de violencias de género.
Sin embargo, cuestionó "qué es lo que nos tocó hacer a nosotras" , en relación con el logro del voto por parte de las abuelas o visabuelas, las leyes y protocolos de las madres y aún así "nos siguen matando y desapareciendo", pues hasta el día de ayer había 27 mil 65 mujeres reportadas como desaparecidas, en números oficiales, puede haber más, adujo.
Destacó que son las madres de las víctimas y las propias sobrevivientes las que están impulsando las acciones que el Estado debería realizar para saber qué pasó en caso de tal desaparecido o de tal feminicidio.
Además, recalcó la importancia de pensar en comunidad, "algo degradado en la sociedad", pues sólo a través de la unidad se están logrando avances. Desde "la trinchera" que cada persona puede dar, entre familiares, víctimas, activistas, especialistas e investigadores.
En tanto, Irinea Buendía, activista, madre de Mariana Lima asediada por su esposo en 2010, relató el trayecto durante más de diez años en busca de justicia, pues señaló que "el silencio no puede seguir siendo cómplice de los feminicidas".
Resaltó que en su lucha, logró la sentencia Mariana Lima Buendía cuando el 25 de marzo de 2015, la SCJN resolvió el amparo en revisión 554/2013, con el cual se tuvo que realizar las diligencias necesarias para investigar con perspectiva de género su muerte violenta, y hace un año se reabrió el caso y se dio condena de 70 años a su agresor.