El palacio estaba abandonado. El gobierno invirtió 250 millones de dólares en restaurarlo y convertirlo en la Ciudad Internacional de la Lengua Francesa, las culturas francófonas, su historia y su futuro.
Durante siglos, lengua referente de la diplomacia y la cultura, el francés busca recuperar el terreno perdido frente al inglés y al español con la apertura de este enorme y moderno museo.
La nueva ciudad ocupa mil 200 metros cuadrados de salas inmersivas e interactivas en las que se exponen los desafíos gramaticales y de vocabulario; se valoran las diferentes expresiones artísticas de la lengua, como el rap, y se traza un recorrido histórico del francés.
En el siglo XVII, el cardenal Richelieu dio un paso fundamental en su favor al crear la Academia Francesa; el siguiente, llamado El Siglo de las Luces, cimentó el poder y la influencia de Francia en la diplomacia.
Por su parte, la Revolución de 1789 impuso el francés a escala nacional en detrimento de las hablas regionales a las que se dedica una sala especial. Igual a los anglicismos.
Hablado por más de 320 millones de personas desde Canadá hasta Nueva Caledonia, pasando por África y Europa, no es París la capital del mundo en la que se habla más francés, sino Kinshasa, capital de la República Democrática del Congo.
En esta magna ciudad también sale a relucir la ocupación colonial de Francia en África, no siempre positiva. Y como distintivos de esa época, se exhiben objetos con los que se castigaba a los niños africanos que no hablaban bien francés.
Además del español, en México se hablan 68 otros idiomas originarios. Algunos, a punto de desaparecer. El ejemplo de Francia debe servir para conservarlos por ser patrimonio cultural de la nación.