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En la cumbre del G-20, Claudia Sheinbaum llamó a “sembrar paz y vida, no la guerra”. Foto Afp
20 de noviembre de 2024 07:42
En la jungla geopolítica del G-20 y con los tambores de la guerra a todo lo que dan, la presidenta Sheinbaum propuso destinar uno por ciento del abultadísimo gasto militar global a sembrar paz y vida y orientarlo a evitar la economía de la destrucción, mitigar el calentamiento global, la migración y el hambre. Alrededor de ella la escuchaban los depredadores gobiernos que dominan el multimillonario negocio internacional de armamento, los mismos que, a la vez, combaten la migración y, por medio de la guerra, promueven el hambre y la pobreza.

Delicado momento, porque al mismo tiempo que la mandataria mexicana detallaba su propuesta pacifista se conoció que, de despedida, el presidente Joe Biden autorizó a Kiev el uso de misiles estadunidenses de largo alcance para lanzarlos en contra de Rusia (de hecho, desde ayer comenzó a utilizarlos), de tal suerte que a los mercaderes de la guerra el planteamiento de Sheinbaum les entró por un oído y les salió por el otro, si es que en realidad escucharon.

El uno por ciento propuesto por la Presiden­ta mexicana en la cumbre del G-20 en Río de Janeiro equivale a cerca de 24 mil millones de dólares (casi medio billón de nuestros pesos), lo que resulta un monto nada despreciable, aunque insuficiente a todas luces dada la magnitud de la población que se beneficiaría: más de mil 100 millones de seres humanos en situación de pobreza multidimensional y de ellos casi 500 millones sobreviven en zonas de guerra, de acuerdo con el más reciente informe de la Organización de Naciones Unidas.

El monto propuesto por la mandataria mexicana apenas significa un pellizco de los 2 billones 443 mil millones de dólares (el monto más alto de la historia) que en 2023 fueron destinados a aceitar globalmente la maquinaria militar. Sin embargo, los mercaderes de la guerra no están dispuestos a ceder un solo centavo, porque ello podría implicar el inicio del fin de su jugoso negocio económico y político.

El mensaje de Sheinbaum para dejar de sembrar guerras fue escuchado (se supone) por los principales gobiernos fabricantes y exportadores de armas en el mundo representados en el G-20, y algunos más como los principales importadores de ellas.

Por ejemplo, en dicha cumbre participó el presidente Joe Biden, quien en 2023 autorizó un gasto militar de 916 mil millones de dólares, el más elevado de la historia estadunidense. Su país es el principal fabricante y exportador de armamento en el mundo y para mantener aceitada a su industria de la guerra promueve y/o participa directamente en múltiples conflictos bélicos alrededor del planeta. De pilón, como se menciona, autorizó a Kiev el uso de misiles de largo alcance ATACMS para que estallen en territorio ruso.

El Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo informa que los 25 mayores proveedores de armas representaron 98 por ciento de las exportaciones, y los primeros cinco (Estados Unidos, Francia, Rusia, China y Alemania) 76 por ciento. En los últimos años, la cuota estadunidense sobre las exportaciones mundiales aumentó de 34 a 42 por ciento y la de Rusia disminuyó de 21 a 11. Las ventas de Francia crecieron 47 por ciento y es el segundo mayor exportador de grandes armas en 2019-2023.

El presidente francés, Emmanuel Macron, repartió besos y sonrisas, pero ni lejanamente estará dispuesto a recortar las ganancias de su país por la exportación de armamento. Tampoco el dirigente chino Xi Jinping, el ruso Vladimir Putin (representado en Río de Janeiro por su canciller Serguéi Lavrov), ni el deteriorado gobierno alemán de Olaf Scholz. En el marco del G-20, España es invitada permanente y también dirá que no a la propuesta mexicana, por ser productora y exportadora de armamento (el ex rey Juan Carlos hizo pingües negocios personales en este sector), especialmente ahora que los tambores guerreros están a todo lo que dan.

La propuesta de la presidenta Sheinbaum es encomiable. El problema, que la planteó frente a un auditorio atiborrado de señores de la guerra quienes saben que la fabricación y venta de armamento no sólo es un enorme negocio, sino que permite controlar vastos territorios en las zonas de conflicto. Entonces, ¿qué hacer con este cáncer para la humanidad?

Las rebanadas del pastel

Gracias, Joe Biden: Rusia modificó su doctrina nuclear, y ante la nueva circunstancia advierte que la agresión contra nuestro país por parte de cualquier Estado no nuclear con la participación o el apoyo de un Estado nuclear se considerará un ataque conjunto, de tal suerte que deben entender la inevitabilidad de la represalia.

X: @cafevega

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