Congestión vehicular, obstrucción de aceras y de accesos a casas, generación de basura y ruido hasta altas horas de la noche padecen vecinos de las colonias Granjas México y Cuchilla Agrícola Oriental en Iztacalco, así como Ignacio Zaragoza y Puebla, en la Venustiano Carranza, durante la realización de eventos en el Autódromo Hermanos Rodríguez, el estadio GNP Seguros y el Palacio de los Deportes, problemas que el gobierno de la ciudad y las alcaldías no han atendido para poner orden.
El uso indebido de las áreas peatonales y restringidas para estacionar es ocasionado por franeleros, que en el caso de la colonia Granjas México ha generado discusiones con residentes y empresas, como ocurrió la semana pasada con una distribuidora de alimentos refrigerados de la calle Añil, que tuvo una disputa con ellos porque con un vehículo –al que le cobraron para quedarse sobre la rampa de la cochera– impedía que salieran sus camionetas.
Los conciertos, festivales y otros eventos en dichos inmuebles generan una gran cantidad de ruido que se escucha en los alrededores, pero también representan también la oportunidad para que los residentes de esas colonias obtengan un ingreso extra al abrir sus patios o garajes para estacionar un auto por 300 pesos y una motocicleta por 150, o 200 pesos por permitir aparcar frente al domicilios con la promesa de cuidarlos, de allí que es común ver en las calles lugares apartados con bidones, cubetas, llantas y trapos, donde se observó incluso a adultos mayores que los vigilan.
Venden lugares de Pemex
En la Granjas México, sobre Añil, los franeleros aprovechan la amplitud de la acera para estacionar hasta dos vehículos, así como el carril contiguo al muro perimetral de la terminal de almacenamiento y despacho de combustible de Pemex, aun con los avisos de que es un área federal restringida para pararse.
Fernanda, vecina de la calle Avena, dijo que el actual gobierno de Iztacalco ha realizado algunos operativos y han llevado a franeleros al juzgado, pero eso no ha impedido que lleguen los automovilistas y se estacionen.
Del otro lado de Río Churubusco, el propietario de una miscelánea en la calle Avena comentó que también hay una mala planeación de la policía al instalar los controles vehiculares en las jornadas en las que hay conciertos, que en ocasiones impiden ingresar a sus calles, pero sí entran los que traen los franeleros
.
En todos los casos, comentaron que el nivel de conflicto depende del artista que se presenta; por ejemplo, que la presentación de Paul McCartney fue tranquila en comparación con la de Grupo Frontera, pero todos coincidieron en que el evento que les genera más contratiempos es el de la Fórmula 1 de automovilismo, aun cuando el despliegue de seguridad es mucho mayor.
Agustín, vecino de la calle 31, quien dijo tener más de 50 años de vivir en la colonia Ignacio Zaragoza, explicó que los mismos vecinos de son quienes usan los lugares para estacionar autos de los asistentes a los eventos.
Él conoce al franelero de su calle y respeta la entrada de su cochera, pero cuando lo visitan sus hijos no encuentran dónde estacionarse; otro problema es la basura y cochinada y media que dejan, algunos que salen ya tomados orinan en la calle o se ponen a alegar o se van dando claxonazos
.