En la mirada de Mike Tyson aún hay furia para pelear, aunque ya poco queda de su agilidad para sorprender a los rivales con un nocaut. En su retorno al ring con 58 años de edad, el ex campeón de los pesos pesados perdió por decisión unánime ante el youtuber y principiante boxeador Jake Paul, de 27 años, en una mediática batalla disputada en el AT&T Stadium, Arlington.
“Sólo estoy feliz por lo que puedo hacer. No viene a probarle nada a nadie”, indicó Tyson, quien incluso salió con una rodillera. “Pelear ante Tyson fue un honor”, dijo Paul al celebrar su victoria once tras un duelo de ocho rounds.
Con una entrada sobria y la mirada retadora, Tyson buscaba demostrar que aún era ese fuerte y prodigioso peleador que se convirtió en un referente histórico. Sin embargo, ahora al regresar al cuadrilátero de manera profesional después de 20 años, apenas hubo un par de destellos de esas habilidades que lo llevaron al éxito.
Fue hasta el tercer round cuando Tyson mostró un poco de esa explosividad que lo caracterizaba, pero todo fue efímero. El veterano peleador fue cada vez más cauteloso, aún con buena defensa, pero sin poder conectar golpes al rival.
Ya para el séptimo asalto, era evidente el cansancio del llamado Iron Mike. Había complacido a la afición al ponerse los guantes de nueva cuenta, pero no pudo desplegar su magia.
Jake Paul, en contraste, poco debió hacer para salir victorioso y con un par de jabs controló la batalla. Si bien por instantes se burlaba de su emblemático adversario en el duelo, también cerró con una reverencia hacia Tyson, un campeón que pese a este deslucido episodio en su carrera no empaña su récord de 50 triunfos y ahora siete derrotas.
Pese al resultado, Tyson ganó al menos 20 millones de dólares, mientras que Jake Paul se embolsó 40 millones al ser el promotor. Si bien la cifra se acerca a los 30 millones que el ex campeón cobró cuando se encontraba en la cima de su carrera, apenas es un bálsamo para sus finanzas después de haberse declarado en quiebra en 2003 tras haber despilfarrado 500 millones.
La plataforma de streaming Netflix, que tiene 280 millones de suscriptores en el mundo, utilizó el nombre del legendario boxeador como gancho para impulsar su primer evento deportivo en vivo de gran relevancia con el que incluso pretendía el récord de la pelea más vista en el orbe. Sin embargo, la transmisión tuvo fallas, por lo que usuarios en redes sociales se quejaron por las constantes pausas.