Luz de Luna es trailera desde hace más de 20 años y tan conocida en el mundo de los camioneros que en redes sociales tiene miles de seguidores.
Pero antes de tomar el volante, era Clara Fragoso, quien escapaba de un matrimonio violento y quien en su nueva vida, sin embargo, se topó con un mundo de explotación laboral y otras formas de violencia que, por momentos, la hacen dudar de seguir adelante en las carreteras mexicanas.
Nómadas de la 57 es un documental que tiene como eje narrativo la historia de Luz de Luna, que halló en el autotransporte una forma de poder mantener a sus hijos. Pero también sirve para exponer la vida que hacen otros camioneros, que en paraderos y restaurantes improvisados encuentran el consuelo y la fortaleza para seguir su camino.
El largometraje requirió para rodarse que un equipo recorriera más de 15 mil kilómetros por las carreteras de México. Está hecho en codirección por el cineasta Alberto Arnaut Estrada y el antropólogo José María Castro Ibarra, con la producción de Yuli Rodríguez. Ha tenido exhibiciones en festivales como el DocsMx, y este mes se proyectará en otros encuentros.
José María llevaba realizando una investigación antropológica –para su tesis de licenciatura y , maestría– debido a que comenzó a subirse con los traileros como forma de economizar en sus viajes. O sea, de raid. Al treparse, empezó a escuchar sus historias, su forma de vida, cómo no veían a sus familias reales y cómo generaban familias en la carretera
. Y Alberto y Yuli eran compañeros de la maestría de cine documental.
Decidieron que la historia de Luz de Luna, la chofer duranguense, fuera el eje de la historia. Hay que mencionar que ella huyó a Nuevo Laredo donde trabajó en el restaurante de una agencia aduanal. Ahí conoció a muchos traileros y comenzó a interesarse por su trabajo. Durante muchos meses batalló para conseguir el trabajo como camionera, a pesar de haber aprobado los cursos preparatorios con excelentes resultados. Nadie quería tener una mujer en el volante, ya que las empresas le argumentaban que no tenía las condiciones necesarias. Sin embargo, poco a poco pudo abrirse un camino y ahora, lleva más de 20 años ejecutando la labor. Cuenta con más de 150 mil seguidores en redes sociales, y su visibilidad ha inspirado a otras mujeres a atreverse a conducir camión.
Los realizadores encontraron en este personaje una forma de entrar a ese mundo. Las escenas del filme llevan al espectador como copiloto en los recorrido de ésta y alternan la vida en movimiento con las situaciones en paraderos y cachimbas, restaurantes informales a orillas de las carreteras, donde los operadores no sólo se detienen a descansar y comer sino que encuentran un dispositivo para construir su vida social.
Cachimbas, segundo hogar
En una vida nómada, los lugares seguros para detenerse y reproducir la vida son fundamentales
, dicen los realizadores. En este contexto, las cachimbas, como la de Adelita y Mónica que aparecen en la película, cumplen una función crucial, casi como un segundo hogar, en donde las trabajadoras les brindan a los traileros no sólo alimentos y sustancias para combatir el sueño, sino pláticas amenas, consejos amorosos, amistad, solidaridad, distracciones y cariño. Las risas que comparten los camioneros con las mujeres de la cachimba y sus colegas dejan entrever las particularidades y dificultades de la vida nómada. Las cachimbas son lugares de encuentro, pero también de descanso y reflexión para continuar el camino
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José María relata que su estudio de años radicó en la vida cotidiana de los camioneros, sus condiciones laborales y sobre las cachimbas, puntos para ellos que son como un faro en el camino
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Refiere que conoció a Clara en 2014 en una estación de radio a la que él fue a presentar su investigación hecha libro (Los hijos del camino), del cual partió el documental. Se trata de un programa de radio (de nombre Sobre Ruedas) ex profeso para camioneros. La otra invitada era Clara y a partir de ahí entablaron amistad, hasta que le hicieron la propuesta de producir el archivo fílmico.
La historia de Clara es poderosa: es una mujer en un mundo de hombres que lo descubre con condiciones de trabajo muy duras en México, donde el del autotransporte tiene los índices más altos de muertes laborales
, asegura José María, quien desde 2010 cuando comenzó a viajar, y lo que cambió mi vida en el sentido de ser cómplice de sus historias y entender también cómo funciona este país a través del transporte de mercancías por carretera
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A él le interesó exponer a los que hacen posible tener a la mano todo lo que se consume: los camioneros, que también sufren condiciones laborales precarias, algo que me sorprendió mucho, tanto como la respuesta que tienen, la pasión y el sentido que le dan a su vida, y como ese trabajo también se vuelve muy adictivo. Hay familias de camioneros que creen que es el mejor trabajo que pueda haber y la aportación óptima que pueden hacer a la sociedad. Que en condiciones duras siempre tienen momentos de alegría
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Alberto Arnaut, por su lado, comparte: vivir tantas semanas en la carretera junto a estos nómadas del camino hizo que supiera que existían nuevas formas de vivir , un mundo radicalmente distinto al que vivimos en las ciudades o en los pueblos, incluso. Las personas que vivimos de manera sedentaria, que somos gran parte de la población, no sabemos de dónde vienen los productos, que, en su gran mayoría son transportados por personas que viven en las carreteras. Éstos se mueven de un lado a otro y eso les hace generar estrategias para sobrevivir, pero también para poder ser felices y establecer relaciones afectivas con las trabajadoras de las cachimbas y sus compañeros de trabajo por las horas que pasan en el camino a solas
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Los realizadores plantean la necesidad de abordar una multiplicidad de temas y experiencias cotidianas que viven las y los camioneros.
En el mundo de los camioneros, la carretara 57 ya no es sólo el número que corresponde al tramo de la autopista panamericana que atraviesa el territorio mexicano, también se transformó en un sinónimo de vida.
Producido por el colectivo La Furia Cine, Nómadas de la 57 se exhibirá en el Festival de Cine de Barrio el 18 de noviembre en el Centro Arte y Cultura Futurama, y el 22 de noviembre en el Cinebox Papantla dentro del Festival de Cine de Madero, en Ciudad Madero, Tamaulipas.