Tokio. Nintendo confinó durante mucho tiempo sus estrellas Mario o Zelda a las consolas, pero en los últimos años está llevando a cabo un lento giro estratégico para alcanzar un público más amplio a través de películas, parques de atracciones u otros productos derivados.
"Hay un límite en el número de personas en el mundo a las que puede llegar una consola", reconocía en junio Shigeru Miyamoto, el creador de Mario Bros, en una reunión de accionistas de la empresa pionera de los videojuegos en Japón.
Este giro estratégico se constata con la apertura de un museo dedicado a la historia de la empresa el mes pasado en Japón y, el próximo 11 de diciembre, de un espacio dedicado al gorila Donkey Kong en el parque Universal Studios de Osaka, que la firma anunció este martes.
Nintendo también se lanzó a por la gran pantalla: después del éxito de taquilla el año pasado de "Super Mario Bros.", el grupo prepara una secuela para 2026 y también una película basada en el universo Zelda.
"Desde hace diez años hay realmente un giro de 180 grados" en la estrategia del fabricante "en general beneficiosa", estima Florent Gorges, editor y autor de libros sobre la historia del gigante japonés del entretenimiento.
Según él, la reticencia histórica de Nintendo a explotar sus licencias se explicaba en parte por el "conservadurismo" de la empresa, con sede en la antigua capital japonesa de Kioto, una ciudad "relativamente hermética".
"Había esta cultura del secreto llevada al extremo en Nintendo, muy inquieta ante las novedades", afirma.
Además, la firma salió "considerablemente escarmentada a principios de los años 1990 tras confiar su licencia de Mario a Hollywood" para una película que generó críticas casi unánimes, agrega este experto.