Madrid. El primer ministro israelí ha reconocido este domingo por primera vez que Israel estaba detrás de los ataques con buscapersonas y walkie-talkies de septiembre en Líbano, y que dejaron al menos 40 muertos y más de 3.500 heridos.
Netanyahu ha confirmado la autoría israelí, y recordado también su responsabilidad en la muerte del líder de Hezbolá, Hasán Nasralá, durante un comentario concebido como una crítica velada al cesado ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant.
"La operación con buscapersonas y la eliminación del líder de Hezbolá, Hasán Nasralá se llevaron a cabo a pesar de la oposición de altos funcionarios del estamento de Defensa y sus responsables de ellas en el escalafón político", según recoge el diario 'Times of Israel'.
Si bien las explosiones del 17 y 18 de septiembre fueron atribuidas en un principio a un ataque informático, funcionarios estadounidenses han confirmado al diario 'The New York Times' que la Inteligencia israelí había logrado ocultar material explosivo dentro de un nuevo lote de unos 3.000 'buscas' importados a Líbano.
A estos aparatos se les introdujo material explosivo de entre 30 y 60 gramos junto a la batería de cada 'busca' y un sistema que podía activarse de forma remota para la detonación a su llegada a territorio libanés, tras lo que Hezbolá los distribuyó entre sus miembros en Líbano, Siria e incluso Irán.
Netanyahu ha confirmado la autoría israelí, y recordado también su responsabilidad en la muerte del líder de Hezbolá, Hasán Nasralá, durante un comentario concebido como una crítica velada al cesado ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant.
"La operación con buscapersonas y la eliminación del líder de Hezbolá, Hasán Nasralá se llevaron a cabo a pesar de la oposición de altos funcionarios del estamento de Defensa y sus responsables de ellas en el escalafón político", según recoge el diario 'Times of Israel'.
Si bien las explosiones del 17 y 18 de septiembre fueron atribuidas en un principio a un ataque informático, funcionarios estadounidenses han confirmado al diario 'The New York Times' que la Inteligencia israelí había logrado ocultar material explosivo dentro de un nuevo lote de unos 3.000 'buscas' importados a Líbano.
A estos aparatos se les introdujo material explosivo de entre 30 y 60 gramos junto a la batería de cada 'busca' y un sistema que podía activarse de forma remota para la detonación a su llegada a territorio libanés, tras lo que Hezbolá los distribuyó entre sus miembros en Líbano, Siria e incluso Irán.