Chihuahua, Chih. Una misa católica binacional sobre una tarima en el cauce del río Bravo, para recordar a 160 migrantes fallecidos el último año, fue oficiada este sábado por el obispo de Ciudad Juárez, José Guadalupe Torres Campos, y los obispos de El Paso, Texas, Mark Seitz, y Peter Baldacchino de la Diócesis de Las Cruces, Nuevo México.
Decenas de migrantes alojados en albergues de la Diócesis de Ciudad Juárez participaron en la ceremonia religiosa, en el lado mexicano del río, llevando consigo banderas de países como Perú, Venezuela, Panamá, Cuba, Colombia, Estados Unidos y México, entre otros, mientras en un templete de madera que fue habilitado a manera de puente, a mitad del río, los obispos celebraron la eucaristía.
También acudieron defensores de migrantes y activistas, seminaristas, así como fieles católicos de El Paso y Nuevo México.
Dedicaron la misa por el eterno descanso de más de 160 migrantes fallecidos en este año, a la altura del lugar conocido como Casita de Adobe, donde se unen los estados de Chihuahua, Texas y Nuevo México.
“Al celebrar esta misa somos un signo de unidad, renovamos hoy nuestro compromiso de amar a los migrantes, de acoger, promover, integrar y proteger a nuestros hermanos, quienes peregrinan en la diócesis, porque Dios camina con su pueblo”, explicó el obispo juarense.
Respecto a los migrantes que no han logrado cruzar la frontera, quienes viajan en caravanas desde el sur de México o que esperan cita para solicitar asilo, Torres Campos les pidió que “tengan paciencia, confíen en Dios, sepan que nosotros estamos con ustedes, los apoyamos en cualquier circunstancia”.