Chilpancingo, Gro. Cientos de pobladores de la comunidad de Chautipan, municipio de Chilpancingo, Guerrero, sepultaron, con dolor, desesperanza y coraje, a 11 de sus vecinos asesinados el miércoles pasado, y demandaron justicia a la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, así como continuar con la búsqueda de otras seis personas más.
En Chautipa, de unos 500 habitantes, convergen tres religiones: la católica, la Luz del Mundo, y la de Pentecostés, y por lo mismo hubo tres velorios.
En uno, los miembros de la Luz del Mundo colocaron ocho cajas de madera y metal sobre una en mesas de madera, en el patio de un terreno de la comunidad, colocándoles flores, mientras un joven con su guitarra cantaba himnos religiosos. Tres cuerpos fueron trasladados a su hogar.
A unos tres kilómetros del pueblo, una retroexcavadora, cavaba siete fosas, debido a que "dos familiares de cuatro de las víctimas, pidieron que fueran enterrados en dos ataúdes, dos cuerpos por caja", aseguró un vecino.
Poco después de las 14:30 horas los 11 ataúdes fueron colocados en camionetas de los pobladores, con rumbo al panteón. Las seis viudas y los 19 huérfanos acompañaron a sus seres queridos rumbo a su última morada.