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Jazz

07 de noviembre de 2024 08:16
El 9 de agosto de 2011 celebramos un segundo homenaje a los pioneros del jazz en México en la sala principal del Palacio de Bellas Artes. Cada uno de los homenajeados era recibido con un fuerte aplauso del público; pero cuando Francisco Téllez subió al escenario para recibir su reconocimiento, metáforas aparte, la sala entera se estremeció ante la ovación que envolvía el andar y la sonrisa del maestro.

Pianista, investigador y docente de tiempo completo, Francisco Téllez López nació el 21 de junio de 1945, en el otrora Distrito Federal; y a sus 79 años mantiene un sorprendente ritmo de trabajo, intenso y propositivo. Ya no compone un tema a diario, como lo hizo durante varios años, pero sus espacios y sus tiempos, en su totalidad, siguen perteneciendo a la música.

Dos familias de abolengo musical lo preceden. Su abuelo paterno, Juan C. Téllez, fue director y fundador de la escuela de música Santa Cecilia, en su natal Zacatlán, Puebla. Y fue ahí donde su papá, Roberto Téllez Oropeza, aprendió a tocar todos los instrumentos para dedicarse a la música. Su nieto Francisco recuerda haber estado en los ensayos de su ópera Nezahualcóyotl.

Rodolfo Téllez Oropeza, su tío, fue el violinista que fundó la Escuela Superior de Música de Bellas Artes, mientras que el otro tío paterno, Juan Manuel, fue violonchelista de la Orquesta Sinfónica Nacional.

Su abuelo materno fue José López Alavez, clarinetista y compositor de la célebre Canción mixteca, y desde su natal Huajuapan de León, Oaxaca, impregnó a toda la familia con su amor por la música. En el jardín Sócrates, de Oaxaca capital, está un busto de don José.

–“Yo estudié en el Conservatorio Nacional de Música la carrera de pianista concertista –nos platica el maestro Téllez–, que en esa época era una carrera muy larga: 10 años; y me eché los diez años ahí.”

–¿Ya desde esa época tocaba jazz?

–No. Pero ya en el Conservatorio me topé con algunos colegas que querían tocar rock y jazz. Ahí tuve de compañero a Antonio Alemán, un pianista que ya falleció, muy amable; También estuve con Juan José Calatayud, Enrique Nery, Freddy Marichal y muchos otros.

–¿En qué año entró al Conservatorio y cúando empezó a tocar ?

–En 57-58, pero dentro del Conservatorio se nos prohibía tocar rock o jazz; sólo música de concierto.

–En la Nacional de Música de la UNAM era igual.

–Entonces lo hacíamos a escondidas. Empecé a tocar jazz y rock con Jorge Pérez Higareda, hermano de la famosa cantante Guillermina Pérez Higareda, y trabajamos en las Lomas de Chapultepec, porque ahí todas las casas tenían piano.

–¿Con acceso al público en general?

–Eran reuniones así, familiares, que nos llegaban a contratar.

–¿Cuál era su repertorio?

–Lo más fuerte en México era la música de Dave Brubeck. ¿Y por qué esa? Porque eran los únicos discos que llegaban.

–También llegaban discos de Monk, de Parker, de Miles Davis ¿no?

–En alguna tienda podías encontrarlos, pero era muy difícil. Y los de Brubeck sí entraron muy fuerte a México. Entonces, cuando empecé a tocar, lo hacía con música de Dave Brubeck en las preparatorias y en las facultades de la UNAM; y a veces en algunos bares. (Juan) López Moctezuma nos ayudó bastante con eso. En Estados Unidos, a partir de Brubeck y del Modern Jazz Quartet, sacaron la música de los bares y las llevaron a las salas de conciertos.

–Sí, fue cuando el west coast jazz y el cool hacen del jazz música de concierto. ¿Cuándo se inicia profesionalmente en el jazz?

–En junio del 67, cuando López Moctezuma nos invita a tocar en la película de Fando y Lis, de Alejandro Jodorowsky. Yo tocando un piano que se está quemando. Éramos Armando Pérez Durco, saxofón; Jorge Pérez Higareda, contrabajo; Pablo Briseño, batería, y yo, que estuve tocando hasta que tronaron las cuerdas del piano por las llamas. Era el principio de lo que sería el Cuarteto Mexicano de Jazz, pero todavía no nos llamábamos así.

–¿Cómo se llamaban?

–A veces éramos Expo Jazz, a veces ponían mi nombre. Y en 74, Fernando García Olmedo nos invitó a El Ágora y ahí empezamos a hacer los programas de la historia del jazz, que tuvieron mucho éxito. Ahí nos pusimos el nombre… la idea fue de mi padre: ¿Qué son ustedes? Un cuarteto. ¿Qué son? Mexicanos. ¿Y qué tocan? Jazz. Pues Cuarteto Mexicano de Jazz. Y luego luego me dijo: Llévalo a registrar (continuará).

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