Ayer, cuando los reyes Felipe VI y Letizia, acompañados por los presidentes del gobierno, Pedro Sánchez, y de la Generalitat de Valencia, Carlos Mazón, visitaron la localidad valenciana de Paiporta –una de las más severamente afectadas por la catástrofe de la gota fría
de la semana pasada–, fueron recibidos con insultos y sufrieron el lanzamiento de objetos y bolas de lodo por parte de vecinos enfurecidos por la inacción de todas las autoridades españolas y locales ante el desastre. Para empeorar las cosas, la presencia de los vehículos de la comitiva real bloqueó un camino fundamental para la llegada de ayuda ciudadana a la localidad, que registra hasta ahora unos 70 muertos a consecuencia de la súbita inundación.
La agresión directa a la figura del rey es un hecho inédito desde el establecimiento del actual régimen monárquico y es producto de una justificada ira popular contra todas las instituciones gubernamentales y del Estado: la región afectada por la DANA llevaba ayer cinco días abandonada a su suerte y sin recibir más asistencia que la proporcionada por voluntarios de poblaciones aledañas a la zona desastrada y por unos bomberos franceses que se apersonaron el miércoles de la semana pasada. La Guardia Nacional y la policía local no aparecieron en las calles taponadas de vehículos arrastrados por el lodo sino hasta ayer, y no para contribuir a despejarlas, sino para proteger al grupo de ilustres, en tanto que el ejército permanece en sus cuarteles y no ha enviado personal, salvo para algunas visitas de observación. En las zonas afectadas hay casi 2 mil desaparecidos y se teme que los cuerpos de muchos de ellos se encuentren en los estacionamientos subterráneos todavía inundados o en vehículos que no han podido ser removidos.
Mientras funcionarios locales y nacionales se trenzan en complejas explicaciones burocráticas sobre atribuciones y facultades de los niveles local y nacional para justificar por qué no se avisó a la población del peligro sino cuando la catástrofe ya se había presentado, y por qué no llega ayuda, la extrema derecha de Vox y la derecha del Partido Popular, al que pertenece Mazón, intentan desvincular a los reyes de la protesta y aseguran que ésta se dirigió contra el gobierno de Sánchez, del Partido Socialista Obrero Popular. Sin embargo, y pese a que hay videos de grupos de choque agrediendo el vehículo en el que éste tuvo que abandonar Paiporta, lo cierto es que la lluvia de lodo y las protestas –que incluyeron gritos de ¡asesinos!
, ¡guillotina!
y otros peores– iban dirigidas a todos los visitantes y que en ellas participaron personas de todas las ideologías.
Es indudable que tanto Sánchez como Mazón y sus respectivos partidos pagarán un elevado costo político por la catastrófica inacción ante la tragedia en la región del Levante, la cual ha puesto en evidencia la asombrosa disfuncionalidad de la institucionalidad española –empezando por la corona– para auxiliar a la población en casos de desastre. Como quedó claro ayer, la institución monárquica es a estas alturas una entidad inútil, pues si a su máximo exponente le corresponde arbitrar y moderar el funcionamiento regular de las instituciones
, falló en el encargo. Al margen de los muchos argumentos en contra de la monarquía –empezando por el de su carácter intrínsecamente antidemocrático y anacrónico–, el máximo símbolo del Estado español se ha revelado como meramente ornamental, lo que en situaciones trágicas como la que viven los pobladores de Paiporta constituye una ofensa. Por eso, ese pueblo valenciano arrojó lodo sobre la corona.