Batista tenía apoyo de varios partidos de la clase media y contaba con una actitud benevolente de Estados Unidos.
Los sucesivos presidentes que tuvo Cuba en aquellos años integraron el círculo de amigos de Batista; era el hombre fuerte y no lo ocultaba desde su posición en las fuerzas armadas.
En 1940, el propio Batista jugó directamente en las elecciones y recorrió la isla en tren especial, el tren de la victoria
, mientras Cuba y Estados Unidos vivían la grave etapa de la Segunda Guerra Mundial en Europa.
Batista fue elegido Presidente con el interés de Estados Unidos de pactar en temas militares y navales con ellos, y buscar la cooperación de las repúblicas latinoamericanas en caso de una posible agresión.
Aparece en mis notas sobre esa época:
Lo que ellos necesitaban de Cuba y de Batista: Aeropuertos adecuados, uso de puertos cubanos en caso de ser requerido, Que Cuba proteja y vigile sus aguas costeras y todas las actividades dentro de la isla.
El 10 de octubre de 1940, Fulgencio Batista se hizo cargo legalmente de la Presidencia de Cuba. La época de mandar detrás del Estado Mayor terminaba. Ahora mandaba directamente. Eso era lo que querían recuperar quienes lo impulsaron años después a volver al poder en 1952, con el cuartelazo al presidente Prío Socarrás.
La nación se acercaba a las nuevas elecciones en 1944 y Batista calculó mal y perdió frente a Ramón Grau San Martín.
Batista no había logrado acabar con el gansterismo y la corrupción y, siendo él mismo ya un hombre rico, estuvo rodeado por capítulos nefastos como el asesinato de Guiteras, líder de un importante movimiento revolucionario, y la represión de movimientos sindicales.
Busco en mis notas y encuentro la mejor descripción sobre Guiteras; la escribe Paco Ignacio Taibo II: “Muchas veces he dicho en conversaciones, con periodistas, amigos, editores, que las tres figuras de la revolución en América Latina que me fascinaban eran: Pancho Villa, el Che Guevara y Antonio Tony Guiteras. Casi siempre he recibido como respuesta un: ‘¿Tony qué?’ Fuera de Cuba, Tony Guiteras resulta un absoluto desconocido, sólo tratado por la historiografía cubana de la revolución y el exilio. Un personaje como éste, en un continente como el nuestro, peleando por recordar memoria histórica, no merece ese destino”.
Así que Paco se dedicó a escribir su biografía, Tony Guiteras, un hombre guapo, y la publicó en Cuba; se encuentra aún en las librerías de viejo. En sus páginas se recuerda que el general Cárdenas, según algunas fuentes, estaba dispuesto a ofrecer apoyo y recursos para los planes revolucionarios de Guiteras y su grupo que intentaba salir de Cuba para preparar desde el exilio en México el combate a Batista. Cerca de un centenar de miembros de su organización, la Joven Cuba, se encontraba ya en el entonces Distrito Federal comenzando su entrenamiento militar. Se dice que Cárdenas había incluso comisionado a uno de sus ministros, Francisco J. Múgica, de izquierda y de su confianza, como su enlace personal.
La historia terminó mal. Guiteras revisó varios planes para salir de Cuba.
Un hombre de Batista lo buscó en La Habana con una propuesta: una vez que verificaron que el mensajero militar no era seguido, apareció Guiteras con una pistola envuelta en periódico y así la mantuvo a lo largo de la reunión. El enviado le ofreció de parte de Batista un cargo de ministro en el gobierno y llevaba la misión de procurar un entendimiento para que el gobierno se encauzara en un plano revolucionario
.
Guiteras respondió que no podía aceptar la oferta. El enviado le dijo entonces que se sabían sus planes de salir en barco de Cuba. Guiteras negó que intentara exiliarse. Era claro que se habían filtrado sus planes. Batista estaba al tanto de todo. Guiteras decidió continuar su operación.
Salió de La Habana rumbo a Matanzas, vestido de blanco, con lentes oscuros y un sobrero de ala ancha que le cubría parcialmente el rostro. Llevaba una pistola 45 y una ametralladora, al igual que sus compañeros.
Fue traicionado. Fue rodeado, se especula que por cientos de hombres. Se había concentrado en el Morrillo, lugar cercano a la periferia de Matanzas. El Morrillo es una trampa. La orden fue: que no salgan vivos
.
Se escuchó a Guiteras decir: yo no me dejo coger vivo
. Antes de rendirnos nos morimos
, dijo uno de sus compañeros de huida. Nos morimos
, contestó Tony. Instantes después, un tiro lo alcanzó en el corazón. Antonio Guiteras tenía 28 años en el momento de su muerte.
La Embajada estadunidense emitió una declaración señalando que el asesinado era el enemigo público número uno de Cuba, decía que había una sensación de alivio por su eliminación de la escena pública.
Esa fue una marca para Batista, y cargó con esa sombra para siempre. Esta historia es importante en la construcción de Batista como personaje que pierde las elecciones y busca la forma de volver al poder a cualquier costo.
Carmelo González, el delator de Guiteras, recibió como premio 40 mil pesos y un ascenso a capitán de corbeta en Cienfuegos. Un comando de Joven Cuba organizó un atentado contra él con un paquete bomba que lo dejó gravemente herido; murió dos días más tarde.
Imaginemos que Bosques supo de esta parte de la historia de Cuba al estudiar a Batista y a Guiteras, y leer a Pablo de la Torriente, quien escribió sobre Tony:
Ningún héroe es verdadero, si no es más grande en la muerte que en la vida, si no queda más vivo que nunca después de su muerte. Si no es capaz de engendrar alientos en los que no lo conocieron, sino por la leyenda, que es la única historia de los héroes verdaderos.
* Embajador de México en Cuba