Las culturas prehispánicas de Oaxaca y de la Ciudad de México se fundieron en la apertura del Gran Desfile del Día de Muertos que reunió, en cifras del gobierno capitalino, a más de un millón 300 mil personas en Paseo de la Reforma, Juárez y 5 de Mayo, de la Puerta de los Leones en Chapultepec al Zócalo, con lo que superó por tercer año consecutivo la cifra de asistentes.
La compañía de Teatro D’Bolsillo, de esculturas vivientes de barro, representativas de la cultura zapoteca en Oaxaca, abrió el desfile, seguida por un contingente de concheros con un monumental ajolote, representativo del xólotl, y un perro xoloitzcuintle en el primer carro alegórico, al frente de una canoa, transporte de México-Tenochtitlan que se conserva en la zona lacustre de Xochimilco, Tláhuac y Milpa Alta. Deidad y animal que en la cultura azteca guiaban a las almas al inframundo.
Con este bloque arrancó la marcha de 70 contingentes de catrinas, músicos y danzantes que alternaron entre carros alegóricos con las monumentales calacas en las que fueron homenajeadas la escritora Rosario Castellanos, la pintora Leonora Carrington y el muralista David Alfaro Siqueiros, y que convocó a la multitud con aglomeraciones en el primer tramo de Reforma, su intersección con Juárez y Lázaro Cárdenas. El año pasado asistieron un millón 250 mil personas y en 2022 más de un millón.
Las horas de espera valieron la pena, dijeron espectadores que disfrutaron el recorrido. Foto Jair Cabrera
En Reforma, los primeros tras el cercado de vallas llegaron desde a las 10:30 de la mañana y debieron esperar casi cuatro horas hasta que empezó el recorrido a las 14:10, que concluyó una hora y media después. Mario Alberto Guzmán, su esposa Ana Ortiz y su suegra Araceli Vidal, originarios de la capital, pero residentes de Tizayuca, Hidalgo, desde hace 10 años viajan a la ciudad para presenciar el desfile y regresan el mismo día, no sin antes visitar la ofrenda monumental del Zócalo.
Para una mejor vista, bancas, postes, ramas del arbolado y hasta los techos de las estaciones del Metrobús sirvieron de palco, aunque quienes usaron estos últimos tuvieron dificultades a la hora de bajar.
También participaron contingentes de otras entidades como Puebla y Veracruz, con los Aguiluchos y Búhos Marching Band, y danzantes de diferentes regiones como Flor de Piña, del istmo de Tehuantepec, diablos de la Costa Chica, comparsas de Tlaltenco, Tláhuac, un caleidoscopio del estado de Campeche y viejos de corpus de Temascalcingo, México.
Entre los más ovacionados estuvo el del salón Los Ángeles, con dos carros, uno con sus rumberas y pachucos y el otro con la danzonera y una portada floral con su legendaria frase: Quien no conoce Los Ángeles no conoce México
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Carlos Totosaus, vecino de Polanco, llegó a las 10:30 para instalarse con sillas plegables de acampar al frente, acompañado por su esposa, su hijo con su pareja y su nieta: somos tres generaciones
, y aunque todo le gustó destacó la alusión a animales míticos prehispánicos y el homenaje a las mujeres, que ojalá sirva para que las personas se acerquen a conocerlas
, así como la participación de otras culturas, fue el caso de Tailandia y su festival de la llegada de los espíritus, con sus características máscaras: ojalá se vayan integrando más, te das cuenta que tenemos muchas cosas en común
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