Miles de personas acudieron ayer a los cementerios de la ciudad para la celebración de Todos los Santos y visitar las tumbas de sus difuntos, las cuales se empezaron a llenar de música viva y grabada, al igual que con el naranja encendido del cempasúchil y del morado intenso de la flor de terciopelo.
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En el Panteón Civil de San Lorenzo Tezonco, el segundo más grande de Iztapalapa, desde las 7:30 de la mañana se formaron las personas para ingresar; antes del medio día se reportaba un aforo de más de 3 mil y 665 vehículos; al final del día, la alcaldía reportó más de 30 mil visitantes en ese, el de San Nicolás Tolentino y de La Cuevita.
En solitario –como Reyna Ortiz, quien fue a visitar el sepulcro de su mamá Aquilina– o en familia de hasta 12 integrantes, como los Pineda Chávez que hicieron una parada en la tumba de doña Margarita Chávez y otra en la de don Ernesto Pineda, llegaron a limpiar las tumbas de maleza que creció alto por las lluvias y llenó de hierba las jardineras, pasillos entre sepulturas hasta cubrir las lápidas, para montar después los arreglos de flores que llevaron, papel picado y algún alimento para ofrendar a sus difuntos.
Víctor Castillo visitó la tumba de su hijo Brandon Alexis, fallecido hace cuatro años, acompañado por un sobrino y las hijas de éste, que pidieron al cuarteto de guitarras Magia Musical –que por 100 pesos interpretó la canción preferida del difunto– que tocaran El muchacho alegre, de Francisco Charro Avitia, que le gustaba mucho.
Emocionado, a punto del llanto, el hombre de unos 60 años, dice que el tiempo ayuda con la pena poco a poco, porque la vida sigue. La vida se vive con los golpes que nos da, pero también nos da alegrías y no hay que hacerla a un lado
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Después Magia Musical llegó a la tumba de doña Margarita para cantarle Caminos de Guanajuato, de José Alfredo Jiménez; ella era de allá, dijo su hija Norma, y su papá era michoacano y le gustaba Caminos de Michoacán.
Por la noche, panteones como el comunitario de Culhuacán, en Iztapalapa, y el del pueblo de Los Reyes, en Coyoacán, se llenaron de luz con la ceras y veladoras para alumbrar la llegada de las ánimas, y en algunos como en el de San José, en Iztacalco, se realizó su tradicional muerteada con música de comparsa que acompañó a los danzantes de la iglesia del barrio de La Asunción al cementerio.
Otros camposantos comunitarios –como el de Santa Martha Acatitla, Iztapalapa, y el de San Gregorio Atlapulco, Xochimilco– recibieron también a cientos de personas que visitaron a sus difuntos; en este último se preparó una velada con un festival cultural que concluyó a las 5 de la mañana de este sábado.