En el periodo de enero a septiembre del 2024, el costo financiero de la deuda pública fue de 851 mil 77.5 millones de pesos, un aumento de 7.1 por ciento real anual –descontada la inflación– respecto al mismo lapso de 2023, según datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
En términos comparativos, el gasto por comisiones e intereses por la deuda gubernamental, conocido como costo financiero, supera el monto que destina a salud y educación. En los primeros nueve meses de 2024, el gobierno gastó en todo lo relacionado con educación 698 mil 334.9 millones de pesos, mientras en salud desembolsó 615 mil 282.7 millones de pesos.
Ricardo Cantú, investigador asociado de ingresos y deuda del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), comentó en entrevista que en 2023 y 2024 las tasas de interés del crédito superaban 10 por ciento anual.
Adquirir deuda se vuelve muy caro cuando tenemos tasas de interés tan altas, lo que generará que el déficit fiscal llegue a 6 por ciento del producto interno bruto (PIB) en 2024, lo que no habíamos visto desde la década de 1990
, expuso.
Declaró que el costo financiero del 2024 representará 3.9 por ciento del PIB contra 3.3 por ciento destinado a educación o el 2.9 por ciento en salud.
Mencionó que el sector público siempre ha tenido pasivos, pero la administración pasada los incrementó más en comparación con los gobiernos de la década de 1990.
Secuelas de la crisis de 2009
En 2009 empezó el endeudamiento. El déficit presupuestario representaba 2 por ciento del PIB; luego subió en la administración de Enrique Peña Nieto a 3 por ciento, y después se mantuvo en el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, pero para el 2023 aumentó a 4.1 por ciento
, detalló.
Posteriormente, subió a 5.9 y a raíz del mayor endeudamiento hay un mayor costo por intereses.
Nunca habíamos tenido un costo financiero tan elevado, particularmente 2022, 2023 y 2024. El déficit se elevó en el momento menos oportuno
, reiteró.
Explicó que el endeudamiento del 2009 se debió a la crisis financiera internacional, que se derivó de la venta de bonos hipotecarios en Estados Unidos que carecían de garantías sólidas de pago.