Desaparecer a los sistemas subnacionales de monitoreo y evaluación de la noche a la mañana dañaría el bienestar social porque eliminaría la información que se usa para distribuir los recursos públicos en las áreas que más lo requieren, sostuvo Alejandro Medina Giopp, analista senior del Banco Mundial.
“Si los sistemas subnacionales de monitoreo y evaluación desaparecen de la noche a la mañana se afecta la eficiencia de los programas y de las políticas públicas, se limita la rendición de cuentas; la asignación de recursos no estaría basada en evidencia y en información, y por lo tanto se afectaría el bienestar”, comentó en el Seminario pobreza, monitoreo y evaluación en las entidades federativas y municipios.
En el evento realizado por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, en el que representantes de algunos estados expusieron los avances que han tenido en materia de monitoreo y evaluación, el economista destacó que la desaparición de estas actividades lleva a los países al fracaso e ineficiencia de sus proyectos de desarrollo.
“Se podría gastar mucho en lo social y se podría gastar mucho y mal. Además gastar mucho en lo social podría tampoco contribuir al bienestar. La situación de no tener un sistema de monitoreo de evaluación sería tener proyectos ineficientes”, advirtió Medina Giopp.
Sin referirse a la posible desaparición del Coneval, luego de que el pasado 23 de agosto, la Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados aprobó el dictamen para desaparecer y transferir a dependencias gubernamentales las funciones de la Coneval, las comisiones Federal de Competencia Económica (Cofece), Reguladora de Energía (CRE), Nacional de Hidrocarburos (CNH) y el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), el experto expuso las malas experiencias de India y Honduras.
Medina Giopp quien ha trabajado en mejora de programas y políticas públicas de América Latina, África, Medio Oriente y China, expuso que India tenía un programa grande para mejorar los servicios de salud en la población infantil para reducir la mortalidad.
“Hubo problemas bastante serios, se trabajaba a nivel de los estados, con municipios, se tenía que conectar información (...) había transferencias de recursos a las entidades, y el proyecto tuvo muchos problemas”, mencionó.
La tasa de mortalidad materna-infantil se mantuvo igual, no bajó, 145 por cada 100 mil la mortalidad materna, y 32 por cada mil en los nacidos vivos, entonces, a pesar de las inversiones significativas, hubo problemas muy serios y una de las lecciones aprendidas fue que falló el sistema de monitoreo de las entidades federativas y de los organismos locales.
El analista también planteó la experiencia de Honduras, cuando echó a andar un programa de saneamiento y agua potable, que no funcionó porque faltó un sistema de monitoreo y evaluación, el cual es una pieza clave para el éxito o fracaso de los proyectos de desarrollo.