Madrid. La izquierda española está sufriendo una crisis profunda y de consecuencias impredecibles a raíz de las denuncias de agresión sexual contra el dirigente de Sumar Íñigo Errejón, una de las jóvenes promesas de esta formación y que en su día fue uno de los fundadores de Podemos y de lo que posteriormente se denominó la “nueva política”. Desde los que hasta una semana eran sus compañeros de filas ya le tildan de “depredador”, “agresor sexual”, “machista” y “misógino”, entre otras cosas. Pero lo más grave es el hilo de contradicciones en la cúpula de la formación política, de hecho la propia Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda del gobierno y máxima líder de Sumar, reconoció en una rueda de prensa que tuvo conocimiento de una denuncia contra Errejón en junio del 2023.
Errejón, de 43 años, era hasta el pasado jueves el vocero del grupo parlamentario de Sumar, uno de los dos partidos que forman la coalición del gobierno español, además del Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Tras una serie de relatos anónimos en un red de social, que derivó en una denuncia formal por parte de una actriz y presentadora de televisión, Elisa Mouliaá, de unos hechos que ocurrieron en junio del 2021 de agresión sexual, Errejón decidió presentar su dimisión en una carta pública, en la que atribuyó sus acciones a la presión por la vida pública, al “neoliberalismo” y al “patriarcado”.
Desde su dimisión, Errejón permanece desaparecido, sólo se le vio salir de su casa y huir de los medios de comunicación el pasado viernes. Y hasta ahora está en paradero desconocido y se niega a comparecer públicamente para dar su versión de los hechos, que en la carta de dimisión no confirmó y ni siquiera citó.
Ante la gravedad de la situación, que ha provocado el hundimiento del prestigio de Sumar, su máxima dirigente, Yolanda Díaz, compareció finalmente para dar explicaciones y lo hizo hasta ahora porque estaba en un viaje de trabajo en Colombia. Díaz reconoció que supo de una denuncia contra Errejón en junio del 2023, pero que del asunto se encargaron las dirigentes de Más Madrid -que es la formación política a la que pertenecía Errejón y que fue una de las promotoras de la coalición Sumar-. Esa denuncia, hecha a través de un mensaje público en las redes sociales, se olvidó porque, según Díaz, “se borró el twit”, tal y como confirmaron además las dirigentes de Más Madrid, Monica García -ministra de Sanidad- y Rita Maestre.
Esta crisis ha provocado incomodidad en el resto de partidos de la coalición Sumar, entre ellos Izquierda Unida (IU), Compromis y En Comú Podem. De ahí que se hayan intensificado las críticas a Errejón, a quien desde la dirección de Más Madrid le tildaron de “depredador”, “agresor” y “misógino”, entre otras cosas, además dicho por la que fue su pareja sentimental durante cinco años, Rita Maestre, quien además reconoció durante la rueda de prensa que las agresiones sexuales que presuntamente perpetró Errejón las hizo cuando ellos todavía mantenían la relación sentimental. “Asumimos el error de no haber ido más allá y haber dado por buena la versión”, de la agresión y que defendida por la que era jefa de gabinete de Errejón, Loreto Arenillas, a quien le exigieron su renuncia de su escaño el pasado viernes, según explicó García.
Pero la propia Arenillas rechazó esta versión defendida por la cúpula de Más Madrid y de Sumar, al explicar que desde el primer minuto informó a la dirección política del partido de lo que ocurría y que también conocían los graves problemas de adicción de Errejón, tanto a las drogas como al sexo y por los que acudía a terapia, y que aún así lo nombraron vocero del grupo parlamentario, uno de los cargos más importantes y de mayor responsabilidad del partido.