La Arquidiócesis Primada de México se unió a las exigencias de la Conferencia del Episcopado Mexicano para “que se tomen medidas efectivas para proteger a quienes arriesgan sus vidas por la paz y la justicia”, tras los asesinatos sacerdote Marcelo Pérez, cometido hace una semana en Chiapas, y los jesuitas Joaquín Mora y Javier Campos, perpetrados hace más de dos años en Chihuahua.
En su editorial del semanario Desde la fe, denunció que “la comunidad cristiana enfrenta actos de violencia solo por manifestar su fe, y son vistos como incómodos por su lucha en pro de un mundo mejor”, al destacar la labor del padre Marcelo, cuya obra calificó como “un símbolo de valentía y compromiso por la justicia”.
Criticó que desde la Iglesia y junto a la sociedad civil “se realizó un arduo trabajo para hacer realidad los Compromisos Por la Paz, que más que nunca creemos vigentes y necesarios” y señaló: “No queremos ni una muerte más a causa de la violencia. Queremos una lucha conjunta por la paz y la justicia”.
Resaltó que una de las últimas denuncias que hizo el padre, un indígena tzotzil defensor de los pueblos originarios del crimen organizado, fue “la violencia ya no se aguanta”, y señaló “que pudieron no haber sido necesarias si, más allá de las medidas cautelares que tenía, las autoridades lo hubieran escuchado y actuado con determinación”.
“¿Cuántos más como el padre Marcelo tendrán que sacrificar su vida por buscar la verdad, la justicia y predicar el Evangelio?, ¿cuántas madres buscadoras, cuántos defensores de migrantes, cuántos luchadores sociales más?”, cuestionó en su texto.
Agregó “¿Cuántos más? Si cada vez que un sacerdote se alza por la verdad, arriesga su vida, y más si lo hace en una comunidad vulnerada por el crimen organizado. ¿Cuántos sacerdotes y ciudadanos más deben ser asesinados para que se escuche su grito exigiendo justicia y paz?”
Ante este asesinato, también recordó que “hace más de dos años murieron los jesuitas Joaquín Mora y Javier Campos, “cuya ausencia aún nos duele”, por lo que señaló: “En un entorno donde la vida del pueblo y la dignidad humana son constantemente amenazadas, ¿cuántos más deben caer antes de que los gobiernos y la sociedad reaccionen?”