Los Ángeles. Los Yanquis de Nueva York y los Dodgers de Los Ángeles, los equipos más populares con las dos superestrellas del beisbol actual, colisionarán desde el viernes en una Serie Mundial que se esperaba desde hace más de cuatro décadas.
Costa Este contra Costa Oeste, Broadway contra Hollywood: la pugna por el título de las Grandes Ligas será entre Goliat y Goliat.
Los dos indiscutibles mejores equipos de la temporada prometen una superproducción que acapare más que nunca la atención de los fanáticos del beisbol a nivel global.
Desde 1981 estos rivales históricos no se veían las caras en una Serie Mundial, con un balance hasta ahora favorable a los Yanquis con ocho victorias por tres de los Dodgers.
"Es lo que el mundo del beisbol quería", sintentizó el entrenador de los Dodgers, Dave Roberts. "Va a ser una gran Serie Mundial".
Cualquier duelo por el título entre estas franquicias, que fueron vecinas hasta que los Dodgers se mudaron de Brooklyn a California en 1957, ya sería un acontecimiento imperdible en sí mismo.
Pero las expectativas generadas este año se han disparado a niveles inusitados debido a las estelares nóminas de ambos equipos.
Los Dodgers, que hospedarán los dos primeros juegos el viernes y sábado, tienen en Shohei Ohtani a su talismán, la superestrella que en un solo año les ha llevado de vuelta al Clásico de Otoño.
El japonés es una máquina de batir récords y, según muchos especialistas, el mejor beisbolista desde el mítico Babe Ruth, del que emula su talento para lanzar y batear.
Enfrente, los Yanquis tienen como líder al implacable cañonero Aaron Judge, líder de jonrones de la temporada con 58, cuatro más que Ohtani.
El elenco de apoyo de ambas figuras es también de muy alto nivel.
Los Dodgers cuentan con Mookie Betts y Freddie Freeman, ganadores del premio MVP como Ohtani, y los Yanquis con Giancarlo Stanton y su gran fichaje de la temporada, el jardinero dominicano Juan Soto.
Una serie de superestrellas
La colección de estrellas que comparecerá el viernes en el Dodger Stadium es un atractivo extra para la taquilla de la Serie Mundial, que espera reactivarse tras años de caída de audiencias.
En lo que va de playoffs, el promedio de espectadores televisivos aumentó 18 por ciento, pasando de 2.82 millones por partido el año pasado a 3.33 millones.
Aunque es improbable que esta Serie Mundial iguale la media récord -los 44.3 millones que sintonizaron la final de 1978- sí es probable que dejen muy atrás los 9.08 millones que siguieron el duelo del año pasado entre los Rangers de Texas y los Diamondbacks de Arizona.
Impacto global
Las hazañas de Ohtani han extendido también las fronteras del beisbol norteamericano.
Las Grandes Ligas informaron de un récord de 12.9 millones de telespectadores que sintonizaron en Japón el último episodio de la serie divisional de la Liga Nacional ante los Padres de San Diego, lo que se aproximaría a 10 por ciento del total de la población del país asiático.
"Es una cifra increíble, una audiencia enorme", destacó Rob Manfred, comisionado de Las Mayores.
Para Manfred, esta Serie Mundial evoca la época dorada de este deporte, cuando era el principal pasatiempo de Estados Unidos y su lugar aún no había sido ocupado por las ligas de futbol americano (NFL) y basquetbol (NBA).
"La historia de los Yanquis y los Dodgers es magnífica para nuestra afición", recordó el dirigente.
Como se preveía, los precios de las entradas para esta serie, al mejor de siete partidos, están por las nubes.
Según el sitio TicketIQ, el boleto para los juegos en Los Ángeles ronda los 3 mil 100 dólares en promedio en el mercado secundario, mientras los de Nueva York alcanzan los 4 mil 875 dólares.
La final de las Grandes Ligas tendrá como telón de fondo el fallecimiento el martes del ex lanzador mexicano Fernando Valenzuela, ídolo de la afición de los Dodgers, a los 63 años.
El Toro Valenzuela, que será homenajeado el viernes en el arranque de la serie, se convirtió en un fenómeno deportivo y cultural de Las Mayores con sus actuaciones en la temporada de 1981, cuando fue pieza clave para el título de los Dodgers en la última Serie Mundial ante los Yanquis.