Río de Janeiro, Brasil . La reunión convocó a representantes de medios de comunicación de 13 países invitados por El Diario del Pueblo, publicación china que diariamente lanza a la calle más de 13 millones de ejemplares.
El tema: la cooperación económica de los asiáticos para el desarrollo en la región; pero más allá del atril, en las mesas de café, la depredadora verdad: luego de la pandemia –que en sus consecuencias no cesa–, uno tras otro los medios escritos han desaparecido o han tratado de mudar de piel para convertirse en proyectos digitales, donde no encuentran lugar.
Hitler Cigarruista, panameño, fue director de Capital Financiero, uno de los diarios –si no es que el más importante– encargados de la información económica de su país, habla de los momentos de esplendor, pero hoy la publicación sólo cuenta con cinco personas en su área de producción y, desde luego, prescindió del papel. Sólo circula por redes.
En Cuba, las posibilidades de existencia de Granma, el diario de Comité Central del Partido Comunista, del sitio de noticias Cubadebate o de la agencia Prensa Latina viven en la angustia general que les impone el bloqueo de Estados Unidos y así comparten la dolorosa penuria de la población en su país.
Aunque nadie se comprometió a lanzar una protesta general por lo que sucede en esa nación, y ahora en Venezuela, la propuesta –que no va más allá de la sobremesa– sí existe y empieza a articularse. Si no con la misma dimensión, en otros países –Argentina, Perú, Costa Rica, Brasil, Ecuador, Panamá, Honduras– los problemas de los periodistas empleados en empresas privadas o creados por ellas exigen un cambio en el quehacer de los medios de comunicación en general.
Y ese algo que hace falta podría ser que existan más medios en manos de periodistas, por eso se levantó la idea de lograr una forma de comunicación regional que trate a fondo los problemas comunes que trajo el neoliberalismo.
Desde luego, la comunicación digital se propone como una alternativa a la posibilidad de desaparecer, pero hay voces como la de los venezolanos Ángel González, del diario Últimas Noticias, y Romer Viera, de El Correo del Orinoco, quienes advierten de la creciente desconfianza en las redes sociales y cómo se han levantado mentira tras mentira en cuanto a lo que sucede en su país, pero tampoco se declaran en desacuerdo para establecer un medio regional con el que se denuncien los problemas que en mayor o menor medida nos aquejan.
En ese concierto de ideas, China podría convertirse en un muy importante apoyo ante las carencias económicas que tiene el gremio, pero con una condición sine qua non que debe entender el gigante asiático: cooperación sí, imposición no. Con la que se sufre, tenemos.
De pasadita
Así que el PRD pretende que los organismos electorales le den su registro como partido local, tanto en esta cuidad como en decenas de estados donde tuvo al menos 3 por ciento de la votación.
Eso no estaría mal si en algún momento los amarillos pensaran en volver a sus orígenes, pero esa posibilidad no tiene ningún sustento, no si atendemos los últimos hechos en los que el PRD, en su conjunto, se declaró, vía los hechos, en un partido de derecha, comparsa de Acción Nacional y hasta ahora nada han dicho sobre el tema quienes pretenden llevarlo otra vez a la arena de la lucha política.
Y lo peor, lo que no ha dicho Nora Arias, su lideresa: ¿dónde quedarán los Chuchos, dueños y señores de la bandera amarilla y negra hasta ahora? ¿Será que Nora está trabajando para ellos? Ese muerto ya se pudrió, ¿qué es lo que no se entiende?