Para obtener litio, los gobiernos deberán incentivar la adopción de tecnologías que cumplan con permisos ambientales, destacó la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) en su Estudio de vigilancia tecnológica sobre métodos de extracción directa de litio. “Las tecnologías de extracción directa seguirán evolucionando en el futuro y el diseño de adsorbentes sólidos o sistemas moleculares proporcionarán sistemas más selectivos para capturar litio, que podrán ser adaptados e incorporados en los procesos de primera generación de extracción”, menciona el análisis realizado por Emilio Bunuel, especialista del organismo.
En abril del 2022, el senado de México aprobó una reforma a la Ley minera, para reconocer al litio como patrimonio de la nación, por lo que su exploración, explotación, beneficio y aprovechamiento se reservan como actividades exclusivas del Estado, cuyo deber será proteger y garantizar el medio ambiente.
Con la reforma se cerraron las concesiones, licencias, contratos, permisos o autorizaciones con empresas privadas, y las cadenas de valor económico del litio serán administradas por un organismo público descentralizado.
En el estudio de Cepal se menciona que las tecnologías de extracción directa de litio se han convertido en la promesa del futuro que revolucionará la industria productiva de este mineral.
Se procesará en una forma sustentable salmueras continentales, geotérmicas o de campos de petróleo, y todo en respuesta a las mayores demandas de litio que los vehículos eléctricos necesitarán en las próximas décadas, agregó el organismo.
“Las promesas hechas por los que desarrollan tecnologías de extracción directa incluyen entre otras la mayor utilización del recurso natural, la minimización del impacto ambiental al reinyectar la salmuera procesada y la rapidez para llegar al mercado en un espacio físico significativamente menor que los procesos convencionales”, comentó el autor en el documento.
Detalló que pese a que la extracción directa de litio ha sido utilizada por más de 20 años por la empresa Livent1 en el Salar del Hombre Muerto en la provincia de Catamarca en Argentina, no ha sido hasta unos 10 años atrás que comenzaron a emerger ofertas tecnológicas para procesar litio en una forma no convencional.
Aseguró que mayoría de los estudios iniciales fueron motivados por el interés en Estados Unidos de desarrollar proyectos de salmueras geotérmicas, pero en ese entonces los precios de carbonato de litio no eran lo suficientemente atractivos como para invertir en nuevas tecnologías.
“Hoy la situación ha cambiado con un gran aumento de la demanda que ha llevado la producción anual de aproximadamente 200 mil toneladas a casi 1 millón de toneladas, con proyecciones de llegar a más de 3 millones en 2030”, precisó.
La innovación relacionada a procesos de extracción directa de litio es dinámico y muy diverso y en los últimos cinco años han aparecido más de 50 start-ups junto con empresas químicas tradicionales que han comenzado a ofrecer alternativas tecnológicas para procesar litio.
La mayoría de ellas tiene representación en Chile, Argentina o Bolivia y muchas de ellas están operando plantas piloto o en el proceso de construcción.