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El INAH "tiene claras sus necesidades"

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Diego Prieto, resaltó la colaboración de la SRE para recuperar 14 mil bienes culturales, arqueológicos e históricos y rechazó que sus labores se centren sólo en el Tren Maya. Foto Roberto García Ortiz
08 de octubre de 2024 07:41

En el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) “siempre hay un ambiente de polémica, plural y crítico, vibrante. Que siga así. Qué aburrido sería si todos dijeran: ‘sí, señor director’”, señaló Diego Prieto, quien fue ratificado por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo para continuar al frente de esa instancia, en la que habrá los próximos seis años continuidad con cambio.

Así lo explicó el antropólogo, quien ha estado dirigiendo el INAH desde agosto de 2016, cuando el entonces secretario de Cultura federal, Rafael Tovar y de Teresa, lo nombró encargado tras la renuncia de Teresa Franco. En diciembre de 2018, el presidente Andrés Manuel López Obrador lo ratificó como director general.

En entrevista con La Jornada, el funcionario, quien de 1995 a 2010 fue director del Centro INAH Querétaro, reiteró que el instituto, si bien llega fuerte a 2024, tiene muchos faltantes, rezagos y carencias, pero así es como se ha forjado, con retos crecientes que suponen recursos crecientes que no hay. Por eso debemos hacernos cargo de incrementar los recursos autogenerados, así como crear políticas para que sectores de la sociedad coadyuven, entre otras acciones.

Respecto a la petición que agremiados del Sindicato Nacional de Profesores de Investigación Científica y Docencia del INAH hicieron a Sheinbaum para que Prieto no fuera ratificado, acusándolo, entre otros puntos, de obstaculizar la investigación, aumentar la burocracia, vulnerar derechos laborales y pauperizar el patrimonio cultural al centrar todos los recursos en el proyecto del Tren Maya, el también académico rechazó que, en este último aspecto, se haya castigado alguna área.

“Nunca se nos dijo: ‘quiten presupuesto a algo para dárselo al Tren Maya’. Siempre han faltado recursos para hacer investigación. Cuando llegué al INAH Querétaro, en 1995, se me dijo que el año anterior no había habido un peso para esta actividad, y un arqueólogo, para darme tranquilidad, propuso: ‘aprovechemos para escribir’.

“Es un poco lo que nos ocurrió también en la pandemia, no sólo no había recursos, sino tampoco la manera para hacer trabajo de campo, porque todo estuvo cerrado. Aprovechamos para escribir. Además, el Presidente no engañó a nadie; dijo que los esfuerzos de inversión se iban a centrar en el sur, sureste y en la Península de Yucatán; eso significó que el INAH tuviera recursos adicionales para acometer esas tareas. Sí, concentramos nuestra atención ahí, pero también atendimos lugares como el Fuerte de San Juan de Ulúa, en Veracruz; el Fuerte de San Diego, en Acapulco, así como la ex penitenciaría de Hermosillo, en Sonora, y la Misión de Cocóspera, ambas en este mismo estado, entre otros.

Ahora viene el tren del norte, aprovechemos esto. La presidenta Sheinbaum lo acaba de anunciar, que hará trenes para el centro y el norte, y ahí va a estar el INAH; esto quiere decir que encontraremos recursos para proyectos en esas zonas, hasta en la frontera norte. Somos una institución de gobierno sin dejar de ser una entidad de educación e investigación de punta; entonces tenemos que ir de la mano de las prioridades del gobierno, no peleándonos con ellas, y tenemos que ser conscientes de las prioridades en general que tiene el país.

Prieto Hernández reiteró que el INAH nunca ha estado en jauja. “Tenemos muchas necesidades, y festejo que los compañeros de los sindicatos (son seis) estén siempre pendientes de que haya el recurso y de que no falte. Lo bueno de nuestras agrupaciones es que no sólo pelean por sus propias percepciones y prestaciones, sino también por la defensa del INAH y del patrimonio; eso me gusta. En ese discurso a veces están muy enfáticamente decididos a pelear por más, y qué bueno.

“Vamos a pelear también, pero debemos tener en cuenta que no siempre podemos lograr el 100. De eso se trata la gestión institucional: saber que hay máximos y mínimos. Hay que defender el programa mínimo sin dejar de enfatizar lo máximo, pues a lo mejor le pegamos.

“Por ejemplo, nunca imaginé que este año íbamos a tener la previsión presupuestal de 8 mil millones de pesos. Hubo un incremento que fue un mensaje de que el INAH es importante, hay que reconocerlo. Hoy somos la institución cultural más conocida en México, la única que tiene presencia en todo el país, y no estamos centrados sólo en el Tren Maya.

Entonces, como dijo la presidenta Sheinbaum, hay que gobernar para todos, eso implica reconocer que en el INAH hay de todo, compañeros que sustentan diferentes ideologías, posturas teóricas y metodológicas, así como ideas sobre lo que debería ser la investigación. Pero en todo ello prevalece un claro compromiso con la ciencia, el pensamiento crítico y con la sociedad.

En la charla, Prieto Hernández celebró que en el instituto “hay ambiente de polémica, plural y crítico, vibrante”. Foto Roberto García Ortiz

Objetivos

Para el sexenio que ya está en marcha, el director del instituto señala entre algunas de sus metas: generar una política de investigación mucho más consistente, tener mayor fortaleza normativa e incrementar la presencia cultural de México en Estados Unidos.

Detalló que el INAH cuenta con alrededor de 865 investigadores, los cuales “tienen que hacerse cargo de la responsabilidad que tenemos frente a la sociedad, que es la que nos paga. Hay unos mucho muy buenos y unos pocos que dan ganas de preguntarse qué hacen; eso lo saben ellos y el sindicato, es lugar común. Por eso tenemos que fortalecer una política de investigación donde los recursos fluyan a investigaciones solventes, evaluadas por pares, con metas específicas y con una serie de acentos en el trabajo colectivo, porque la investigación contemporánea debe ser colectiva.

Sí, hay grandes genios, pero éstos también se dan en medio de equipos de trabajo, en proyectos formativos que favorezcan el trabajo multi y transdiciplinario, y que atiendan los encargos académicos, jurídicos y sociales del instituto.

Gracias al Tren Maya, continuó, el INAH contó este año con una provisión especial total, de poco más de 8 mil millones de pesos; “hay que tratar de hacer crecer esos recursos. Imagínese que lo pudiéramos tener en 2025, como dirían los chavos de la prepa: con eso ya la hicimos”.

Prieto Hernández destacó que ahora la instancia a su cargo “tiene muy claras sus necesidades, porque antes las cuentas estaban todas reburujadas. Lo principal que necesitamos es regularizar nuestro capítulo 1000 (que organiza las remuneraciones a los trabajadores), que las condiciones generales de trabajo tengan una base presupuestal.

“En algunos casos, más que dinero necesitamos restructurar el presupuesto para dotar con suficiencia al capítulo 1000, y así nos hagamos cargo de lo que siempre ocurre: las transferencias de otros capítulos al 1000, pues ahí nos quedan pasivos.

También necesitamos una provisión, aunque no sea inmensa, para el mantenimiento de nuestras infraestructuras, que están muy rezagadas, no de hace seis años, sino de hace 20 o 30, y necesitamos que se mantenga lo que ocurrió este año: tener una provisión para un programa de regularización de la tenencia de la tierra en zonas arqueológicas, con el fin de ir superando los problemas que tenemos con particulares cuyas propiedades estén en áreas cercanas al patrimonio.

Nuevas declaratorias

Diego Prieto es optimista respecto al futuro al comentar que, antes, “el INAH estaba solito, quijotescamente luchando por un patrimonio. Ahora estamos acompañados, por eso pudimos recuperar más de 14 mil bienes culturales, arqueológicos e históricos. Antes, el instituto andaba peleando y más o menos jalando un poco a la cancillería, a la Interpol; ahora es nuestro aliado todo el aparato diplomático gracias a la intervención de la Secretaría de Relaciones Exteriores.

“Son diferencias cualitativas que a lo mejor no se notan, pero estamos más acompañados y eso a la larga va a redundar en que los recursos indispensables vayan llegando.

“En todo el territorio tenemos buenos directores de los centros INAH, arqueólogos, custodios, arquitectos, restauradores, museógrafos, promotores educativos, investigadores. Tenemos listos los expedientes de 19 declaratorias que reconocen los valores históricos y culturales de una localidad, y a lo mejor en este gobierno logramos 28, lo cual sería fabuloso, porque nos ayudará a tener mucho mayor fortaleza en el cuidado de centros históricos o zonas arqueológicas.

“Sin hacer mucho aspaviento, también hemos limpiando el INAH de personas que se conducían con poca honestidad, en concordancia con la línea de trabajo contra la corrupción que planteó el ahora ex presidente López Obrador.

Todo esto quiere decir que vamos a seguir trabajando a fondo para que lo que hace el gobierno en materia cultural se conozca y fortalezca. Vamos a trabajar con la nueva secretaria de Cultura federal, Claudia Curiel de Icaza, con el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, con Culturas Populares, con el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas, con el Instituto Mexicano de Cinematografía... Formamos parte de un entramado cultural impresionante; entonces, para los próximos seis años, el INAH pinta muy bien, concluyó.

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