Washington y Nueva York. Políticos de los dos partidos nacionales marcaron el aniversario de los ataques de Hamas en Israel casi con nulo reconocimiento de los saldos de muerte y sufrimiento en las comunidades palestinas y otras en Medio Oriente por las acciones bélicas de Tel Aviv, ni las consecuencias políticas dentro de Estados Unidos por la complicidad de Washington en la ofensiva israelí en la región condenadas sobre todo por jóvenes, árabe-estadunidenses y judíos antiguerra -lo cual podría determinar el futuro político inmediato de este país.
El gobierno estadunidense, con el amplio consenso de la cúpula política del país, ha otorgado 17.9 mil millones de dólares en asistencia militar a Israel desde el inicio de la guerra, según el proyecto Costos de Guerra. En sus actos conmemorativos este lunes, el presidente Joe Biden, la vicepresidenta y candidata demócrata Kamala Harris y el candidato republicano Donald Trump hablaron sobre la brutalidad de Hamas, pero ninguno condenó en términos específicos y directos la guerra brutal de Israel que ha dejado por lo menos 41 mil palestinos muertos y que ahora se está ampliando en la región. Para casi todo el Washington oficial, Hamas es el único responsable de las muertes y sufrimiento en la región.
Las medidas de seguridad alrededor de la Casa Blanca fueron ampliadas con nuevas vallas y vehículos de emergencias protegiendo la sede del ejecutivo, y se anunciaron medidas adicionales en ciudades como Nueva York y otras, como en universidades en diversas partes del país ante preparativos para actos de conmemoración para las víctimas israelíes del ataque hace un año como por protestas en contra del genocidio contra palestinos.
El terreno político sobre este tema se está moviendo en Estados Unidos. Mientras se realizaron algunos actos conmemorativos para las víctimas israelíes, hubo cientos de protestas contra la guerra de Israel alrededor del país, sobre todo de estudiantes en universidades, parte de un movimiento sin precedente contra las políticas bélicas de Israel y la complicidad estadunidense que estalló el año pasado.
En Nueva York, hubo mítines y marchas de protesta contra la guerra de Israel y la complicidad estadunidense en Wall Street, Washington Square y en Harlem encabezados por estudiantes y jóvenes de varias universidades. En la Universidad de Columbia, epicentro de las protestas estudiantiles del año pasado y donde la rectora fue cesada por su manejo de esas expresiones, hubo un gran operativo de seguridad para evitar el ingreso de agrupaciones al campus, mientras estudiantes se manifestaron adentro mientras otros participaban en eventos pro-Israel. Durante los últimos días, estudiantes ahí han estado leyendo en voz alta los nombres de los palestinos que fueron matados durante la guerra.
Estudiantes por Justicia en Palestina reportó manifestaciones en universidades en Virginia, Texas, Colorado, California, Maryland, Carolina del Norte entre otros estados. En Washington, la agrupación judía If Not Now organizó un acto para conmemorar vidas perdidas palestinas y judías.
Más de 700 mil personas alrededor del país, incluyendo decenas de miles en estados claves que determinarán el resultado de las elecciones en un mes, votaron “no comprometido” en las primarias del Partido Demócrata como acto de repudio por la posición de apoyo incondicional de Israel primero del entonces candidato Biden y ahora de Harris. Por otro lado, también es significativo que la guerra de Israel en Gaza y ahora en la región ha detonado protestas de judío-estadunidenses y que han unido una comunidad árabe-estadunidense fragmentada. Más aún, ha llevado a coaliciones de opositores a la guerra que incluyen y a veces on encabezadas por judíos y musulmanes.
“Los sondeos en este último año han registrado de manera constante que los de la generación Z y los milenials jóvenes tienden a simpatizar en tasas más altas que los de mayor edad con los palestinos y quieren que Estados Unidos deje de apoyar el esfuerzo de guerra de Israel”, reportó Axios la semana pasada. “Con jóvenes presionado a sus políticos, y llegando eventualmente al poder ellos mismos, la política estadunidense podría empezar a cambiar en maneras profundas” en torno a esa región.
La vicepresidenta Harris sostuvo una reunión con líderes de la comunidad árabe-estadunidense en Michigan -la más grande del país- el viernes pasado, pero no fueron invitados los líderes del movimiento “no comprometido”.
Pero con Estados Unidos proporcionando bombas de 2 mil libras que Israel utiliza para destruir cuadras enteras en zonas civiles en ciudades y pueblos, estas acciones fueron criticadas como huecas. “Lo que necesitamos ahora mismo es que [Harris] declare específicamente que como presidenta respetará las leyes humanitarias internacionales y estadunidenses y suspender el envío de armas militares usadas por Israel para cometer crímenes de guerra”, declaró Abbas Alawieh, líder del movimiento No Comprometido. Agregó en X que “reiteramos nuestra solicitud: que se reúna con familias palestino- estadunidenses y libanesa-estadunidenses cuyos seres queridos han sido matados por bombas estadunidenses”.
No se descarta la posibilidad de que Harris pierda en Michigan, uno de los 5 a 7 estados claves que determinarán el resultado de la elección presidencial, por la ira de votantes en torno a su posición sobre la guerra en Medio Oriente y quienes podrían decidir no votar (la mayoría son históricamente demócratas) o emitir un voto de protesta por candidatos marginales de terceros partidos. Pero por ahora, los candidatos y líderes de ambos partidos mantienen su apoyo incondicional a Israel. El presidente Biden, quien ha dicho que es un “sionista irlandés” (y eso que Irlanda oficialmente reconoció el Estado de Palestina y es el país europeo más critico de Israel), ha enviado más asistencia militar a Israel que cualquier otro presidente estadunidense y fue el primer mandatario estadunidense en visitar a Israel durante una guerra.
La cúpula política también se mantiene abrumadoramente en apoyo de Israel. Sólo 37 diputados federales demócratas se atrevieron a votar en contra del envío de más asistencia militar en abril, con 173 de sus colegas a favor. El senador Bernie Sanders, uno de los disidentes de la política oficial de mayor perfil, ha introducido un proyecto de ley para frenar la venta de armas estadunidenses a Israel, pero no se espera que prospere. Dentro del Partido Republicano, las posiciones son cada vez más férreas en apoyo a Israel, con Trump y otros líderes promoviendo cada vez más asistencia militar a Tel Aviv.