La maestra Ifigenia Martínez alcanzó a cerrar simbólicamente su larga lucha política y social por generar cambios; entre otros, el que posibilitara llevar a la silla presidencial a representantes de movimientos populares y, a la vez, a abrir el horizonte de una continuidad encabezada por una mujer con parecidas prendas universitarias y de izquierda. En condiciones maltrechas de salud, pudo presidir la ceremonia de transmisión de poder, con Andrés Manuel López Obrador entregando la banda tricolor y Claudia Sheinbaum Pardo recibiéndola.
El fallecimiento de la economista, profesora y legisladora hace hojear páginas correspondientes al giro trascendente, aunque de trayecto largo, que dio el país con Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo (y la fallecida, por citar los nombres más relevantes) al romper la hegemonía priísta, exhibir sus hechuras descompuestas y generar una alternativa, el Partido de la Revolución Democrática, que buscó dos veces más la Presidencia de la República con el ingeniero michoacano y, desfondado por la aparición de Morena, alcanzó Palacio Nacional en 2018 con López Obrador.
Con Cárdenas retirado de la actividad partidista y electoral, que no de la política, Muñoz Ledo ya fallecido (seis años atrás él fue seleccionado para traspasar la banda presidencial de Enrique Peña Nieto a López Obrador, en otro gesto simbólico que, sin embargo, no resistió el paso del tiempo, pues el gran tribuno terminó como adversario del máximo líder morenista) y la muerte de Ifigenia Martínez, esas páginas históricas merecen una justa evaluación como contribuyentes (más allá de distanciamientos y discordias) del arribo de esa izquierda partidista al poder.
Reputado como rudo estratega partidista y político de decisiones fuertes, Manlio Fabio Beltrones prefirió quedarse a medias, atado al estilo antiguo del priísmo en el que ha militado durante cinco décadas: rechazó que el Tribunal Electoral Federal hubiera aprobado que Alito Moreno siguiera como dirigente del PRI, pero no rompió con dicho partido (acaso a falta de opción definida a la cual saltar: ¿MC?, ¿el Verde como puerta trasera de Morena que es?)
En todo caso, Beltrones recicló lenguaje naftaleno y se adhirió a la nostalgia de caracterizar al tricolor como epopeya en curso que se habría roto apenas al confirmarse este jueves reciente la relección del citado Alito. Sin embargo, no renuncia expresamente, sino que solamente se mantiene separado y deslindado
de la dirigencia en un marco de poco impactante suspenso autoasignado.
Astillas
En la cruda planicie de las batallas y los reacomodos internos, habrá de verse si para presidir la mesa directiva de San Lázaro avanza el grupo de Ricardo Monreal, empujando al vicepresidente Sergio Gutiérrez Luna para que quede en definitiva, o llega alguien con mayor etiqueta claudista, por ejemplo Alfonso Ramírez Cuéllar, quien pudo haber sido coordinador del grupo de Morena en la Cámara de Diputados, pero acuerdos corcholateros cedieron el cargo al zacatecano Monreal y dejaron en la vicepresidencia al ex líder de El Barzón, nacido igualmente en Zacatecas… También se habla de Olga Sánchez Cordero, ministra en retiro de la Corte, aunque pesa en su contra (entre otros factores) el hecho de haberse ausentado de la votación clave sobre la reforma judicial argumentando estar enferma (Monreal, puntilloso, dijo al ser preguntado sobre esa ausencia tan sugerentemente elusiva: es su conciencia; si así fuera, allá ella
)... Otras versiones hablan de Dolores Padierna para presidir la citada mesa directiva de los diputados, aunque dicho perfil no parece el más acorde con los tiempos de cambio, más que de continuidad impugnable, en la clase política 4T… Y, mientras la presidenta del INE busca saltarse a juzgados y Corte al recurrir al Tribunal Electoral Federal para que éste, con supeditada mayoría 4T (la presidenta, Mónica Soto, más los dos Felipes; tres de cinco), autorice el proceso electoral judicial de 2025, ¡hasta mañana!
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